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Opinión

Amenazas a Macri: ¿unidas y organizadas?

El más relevante fue el de Mar del Plata, donde en un acto que Macri encabezó junto a la gobernadora María Eugenia Vidal, terminó en insultos y el vehículo presidencial fue apedreado

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Por Walter Schmidt

Agencia DYN

El gobierno de Mauricio Macri atravesó días complejos, que en algún aspecto rememoran tiempos de violencia política que quedaron atrás hace muchos años, pero que inevitablemente derivaron en una pregunta: ¿Las amenazas contra el Presidente y algunos funcionarios fueron organizadas por algún sector político o alguna célula clandestina de ex servicios de inteligencia o ex miembros de fuerzas de seguridad?

A las amenazas al departamento sobre avenida Del Libertador que habitaba Macri (sigue siendo su propietario pero se lo alquila al titular de la Agencia Federal de Inteligencia AFI, Gustavo Arribas) se sucedieron otros episodios.

El más relevante fue el de Mar del Plata, donde en un acto que Macri encabezó junto a la gobernadora María Eugenia Vidal, terminó en insultos y el vehículo presidencial fue apedreado.

Nuevo Proyecto X

Allí las fuerzas de seguridad se encuentran con el problema de que filmar los actos del Presidente pueden ser duramente cuestionados por el arco opositor y ser interpretado como un nuevo Proyecto X, como el que utilizó la Gendarmería durante el kirchnerismo para filmar a los dirigentes sociales que promovían distintas protestas.

«Si nos permitieran filmar con una cámara de 360 grados los actos, o hacer una avanzada para distribuir estratégicamente cámaras, no estaríamos hoy rastreando si hay algún canal de televisión que tenga el video identificando a los agresores del vehículo presidencial», sostiene un funcionario de la Casa Rosada. Respecto a lo sucedido en el barrio marplatense Belisario Roldán, sostienen que eran grupos sociales que respondían a la izquierda.

Desde el oficialismo aclaran que la idea de un auto blindado para que sea utilizado por Macri no se definió a partir del raid de amenazas y protestas, sino que «hace tres meses» ya estaba definido. Se habla de un vehículo grande, porque «al Presidente le gusta hacer mini-reuniones entre trayecto y trayecto».

Otros episodios

Sin embargo a la agresión en Mar del Plata se sucedieron otros episodios como llamadas al 911, a Mendoza donde el Presidente encabezó luego un acto, a la Casa Rosada alertando sobre la presencia de una bomba o los famosos tuits de dos jóvenes que buscaron amedrentar a Macri a través de una supuesta célula terrorista.

En verdad, todo empezó un poco antes, en marzo pasado, con un tuit: «Nuestro odio lo calmaremos con sus hijos. Espero q @mauriciomacri le deje guardaespalda de por vida a antonia» y «Si algo hizo mal el kirchnerismo, es no haber matado a toda la burguesía, periodistas y políticos de derecha, en sus 12 años de gestión».

Amenaza a la hija

La amenaza directa era contra la hija de Macri y Juliana Awada, Antonia. «Maten a la chiquita», versaba una cuenta de Twitter. Las fuerzas de seguridad actuaron rápidamente y detuvieron a una mujer de 27 años, militante de La Cámpora, que trabajaba en el Ministerio de Desarrollo Social de Alicia Kirchner y había quedado desempleada. Terminó procesada por el juez federal Ariel Lijo.

«Ese caso es testigo. Con una pena ejemplificadora, nadie más va a amenazar al Presidente y a su familia tan livianamente», sostuvo un secretario de Estado.

Sin embargo, si bien en el gobierno comenzaron con elucubraciones políticas, vinculando los hechos al kirchnerismo y a sectores de izquierda, con el correr de los días esas posiciones fueron desandando ese camino.

«Creemos que son acciones individuales y desarticuladas», señalaron desde el gobierno. En el radicalismo, socios principales en Cambiemos, comulgan con esa teoría: «Son grupos minoritarios», aseguraron. En la Coalición Cívica, cuya líder Elisa Carrió suele no tener filtro al momento de denunciar o elucubrar complots, sostuvieron: «No hay hipótesis» al respecto.

Jóvenes aterrorizados

«No hay nada organizado. Nos encontramos con jóvenes aterrorizados de miedo cuando el grupo Geo tiraba la puerta de sus domicilios abajo; y también con algunos casos de hombres y mujeres con problemas psíquicos, pero hay que prevenir todo, porque muchos atentados fueron realizados con gente con problemas mentales», describió un ministro.

Incluyen en esa relativización de los hechos la llamada amenazante a la Fundación Suma de la vicepresidente Gabriela Michetti: «Comprate vos también un auto blindado porque vas a volar por los aires», dejaron un mensaje. El autor, sería una persona que por despecho, al no haber sido atendida por la fundación luego de decenas de intentos, descargó su bronca en el contestador.

Sin embargo, hay un caso que sí preocupa al gobierno, porque aún no lo pudieron catalogar. Es el caso de Miguel de Paola y Walter Ovejero, los dos jóvenes de 21 años que crearon un perfil en Twitter de un falso terrorista y escribieron amenazas en árabe sobre futuros ataques contra el presidente Macri, la Casa Rosada, el Shopping Abasto, el subte y otros espacios públicos.

Ovejero fue liberado pero quien sigue detenido es De Paola. «Es el único caso raro, que todavía no cierra. Porque la persona detenida no tiene problemas psíquicos, tiene conocimiento del terrorismo árabe, sabe lo que hace. Lo estamos investigando en profundidad», reveló una fuente del Ministerio de Seguridad.

Por sobre todos los casos, sobrevuela una inquietud: en el gobierno no pueden controlar las filtraciones a la prensa de las amenazas y llamados intimidatorios. Saben que resolviendo rápidamente cada caso y deteniendo a los responsables, se produce un efecto que intimida a quienes quieren cometer algún acto de esa índole. Pero también son concientes que la difusión es una propaganda y una invitación para que otros se animen a cometer ese tipo de episodios.///

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