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Caso Fortunato: Julieta Silva con prisión preventiva y en la cárcel

La fiscal Rossi ratificó que Julieta Silva actuó con alevosía. «Se aprovechó del estado de indefensión de Fortunato»

El juez de garantías Pablo Peñasco dictó la prisión preventiva de Julieta Silva y confirmó que seguirá detenida en la cárcel de encausados en el marco de la causa que investiga la muerte de Genaro Fortunato, su novio.
Peñasco, tras escuchar las exposiciones de las partes, confirmó lo expuesto por la fiscal Andrea Rossi y consideró, antes de resolver, que no cree que Silva no haya visto a Fortunato cuando cayó sobre la carpeta asfáltica, antes de arrancar su Fiat Idea para salir con dirección al norte sobre calle El Chañaral. A partir de eso, el magistrado sostuvo que Silva -a sabiendas que Fortunato podía estar todavía tendido sobre el pavimento, entre otros aspectos porque estaba alcoholizado- no tuvo el recaudo necesario y terminó arrollándolo.
Por otra parte, el juez de garantías aseguró que “existió una fuerte discusión entre Silva y Fortunato”, ignorando los motivos, y que a partir de esa situación ambos salieron del local de diversión nocturna.
De esta forma, Peñasco confirmó la acusación contra Silva de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y alevosía”, y negó el cambio de carátula propuesto por la defensora Florencia Garciarena. Asimismo, resolvió que siga alojada en la penitenciaría local. En consonancia con lo expuesto por Rossi, el magistrado consideró el riesgo de fuga amparado en la pericia psiquiátrica que la fiscal incorporó al expediente la semana pasada.
Peñasco dejó claro que la de ayer fue una audiencia para definir la situación procesal de Silva y no equivale a una resolución definitiva. Se trata de un paso previsto en la legislación penal y en el que se define bajo qué condiciones la acusada llega al juicio. En este sentido, el magistrado aclaró que, antes que la causa se eleve a debate, puede modificarse a instancias de lo que resuelva un tribunal superior o incluso él mismo si así lo considera a partir del surgimiento de nuevas pruebas. “Son poco más de veinte días hábiles los que tiene la causa, todavía resta mucho por producir”, señaló en conferencia de prensa.

PEÑASCO CONFIRMÓ LA ACUSACIÓN CONTRA SILVA DE “HOMICIDIO DOBLEMENTE AGRAVADO POR EL VÍNCULO Y ALEVOSÍA”

“Silva actuó con alevosía”
La audiencia empezó a las 9 de la mañana con la exposición de la fiscal Andrea Rossi, quien fue contundente en su alegato al afirmar, desde el inicio, que “Silva se percató que Fortunato estaba en el piso y de todas formas lo atropelló, aprovechando su estado de indefensión”. Con esto, Rossi avaló lo que sostuvo desde el comienzo de la investigación: Silva actuó con alevosía.
Respecto al vínculo, Rossi no dudó en que está probada la situación de pareja entre Silva y Fortunato, y eso genera otro agravamiento a la figura principal, que es la del homicidio.
La fiscal reconoció el astigmatismo que padece Silva, pero consideró que “su campo visual no le impidió verlo”. Y siguió con durísimas definiciones: “Lo atropelló con frialdad, sin culpa y nunca intentó acercarse a ver qué había sucedido”. Adujo que llamó a la ambulancia por exigencias de Axel, el cuidacoches, que resultó ser el principal testigo del hecho.
A la hora de evaluar las condiciones de detención, desechó la posibilidad del arresto domiciliario y se apoyó en varios elementos, como la pericia psiquiátrica y los medios que dispone Silva para fugarse, uno de los factores que imperan a la hora de rechazar dicho régimen. “Tiene familiares en la Patagonia y San Luis”, alegó, y de esa forma sostuvo el pedido de prisión preventiva de Silva bajo las mismas condiciones que planteó a partir de la imputación.
En el mismo sentido que Rossi expuso Tíndaro Fernández, abogado de la familia Fortunato, constituida en querellante de la causa. Para el letrado, no hay dudas que Silva quiso matar a Genaro y también dio cuenta de los malos tratos de ella hacia el rugbier. “Lo trató mal toda la noche”, dijo en mención a los minutos previos al fatal desenlace. En consonancia con la fiscal, defendió la alevosía y el vínculo como agravantes del homicidio.

“Fue un accidente”
Tras las exposiciones de Rossi y Fernández, fue el turno de Florencia Garciarena, la abogada defensora oficial de Julieta Silva. Desde un principio abonó la hipótesis del accidente y defendió esa postura con varios elementos que fueron surgiendo en la producción de pruebas que se sumaron al accidente.
Ejemplificó, en relación al astigmatismo que sufre Silva, que mientras una persona sin esa patología ve 10, Julieta ve 3. De esa manera, indicó que –desde que giró en U por calle El Chañaral- condujo el Fiat Idea a lo largo de 116 metros sin iluminación artificial, y eso, sumado a las condiciones climáticas y que no llevaba anteojos, resultaron alicientes que comprueban que se trató de un episodio accidental. Según la defensora, la pericia confirmó que la velocidad a la que se desplazaba era de 40 kilómetros por hora, siempre mirando hacia la izquierda para tratar de ubicar a Fortunato.
Garciarena sostuvo que su defendida quiso declarar desde un principio, pero por recomendación médica ante el estado de shock y la crisis nerviosa que le produjo el hecho, no lo hizo. Esto fue desmentido por Rossi y Fernández, quienes insistieron en que no hubo shock ni culpa de parte de Silva.
Respecto a la carátula, Garciarena pidió que sea cambiada al aducir que no se probó –en ningún momento- el obrar alevoso de su defendida. Asimismo rechazó el agravante del vínculo, pues afirmó que “no se acreditó la relación de pareja y ni siquiera hubo presentación familiar”. Se apoyó en la legislación civil que refiere 2 años de antigüedad para que conste la relación formal.
En ese marco, Garciarena consideró que la carátula debía cambiar a lo establecido en el artículo 84 bis del Código Penal, que contempla el homicidio culposo agravado, con sus recientes incorporaciones referidas al aumento de las penas para las personas que cometen un accidente bajo efectos del alcohol, tal como ha sido el caso de Silva, quien de acuerdo a las pericias toxicológicas, manejaba con 0,8% ml de alcohol por cada litro de sangre.
Finalmente Garciarena intentó aportar un material fílmico que, según ella, demuestra que Silva y Fortunato no salieron discutiendo de Mona Bar, pero la prueba fue rechazada por la fiscal Rossi y el querellante Fernández y seguramente será incorporada al expediente antes de la elevación a juicio.
Además, previendo un revés en la decisión de Peñasco, se reservó el recurso de casación y anticipó que apelará la resolución del magistrado. A partir de esa decisión de Garciarena, un tribunal de instancia superior deberá revisar lo actuado por Peñasco.

Silva pidió perdón
La acusada del homicidio de Genaro Fortunato tuvo una breve declaración en la audiencia. Sostuvo que “no lo vi”, en referencia al cuerpo de Genaro, y también le pidió perdón a los padres del chico, presentes en la sala del 1er Juzgado Correccional. “Tengo mucho dolor, sólo mis hijos me ayudarán a sobrellevarlo” dijo Silva en búsqueda del arresto domiciliario, lo que por ahora no sucederá.

Las palabras de Fortunato
Miguel Fortunato concurrió junto a su esposa a la audiencia de prisión preventiva. Como establece el protocolo judicial, tuvo la posibilidad de hablar y se limitó a expresar que “somos muchos los que queremos saber por qué estamos acá”. Al igual que en otras declaraciones públicas, evitó dar precisiones sobre la causa judicial.

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