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Economía

Crecimiento e inflación: 10 claves que marcarán un tránsito económico en 2018

El jueves pasado, a pocas horas de cerrar el año, el ala económica del Gobierno modificó los pronósticos para 2018, al sincerar una meta de inflación para los próximos 12 meses unos 5 puntos porcentuales por encima de los cálculos previos, al 15% anual.

Como una movida de ajedrez, que responde a la anterior y origina las sucesivas, un objetivo de precios más laxo habilita al Central a reducir las tasas de interés, medida que estaba vedada en el marco de la sensible aceleración de precios prevista en diciembre y el primer trimestre de 2018, por la suba de tarifas y combustibles.

A la vez, el Gobierno mantuvo inalterada la meta de reducción del déficit fiscal, pero con más pesos en el mercado será posible alcanzar el objetivo de crecimiento económico, en torno al 3,5% según fijó el Presupuesto, con leve recuperación del consumo y el salario real. También una inflación mayor permitirá una recaudación mayor, por su incidencia en muchos conceptos tributarios, en particular los ligados a dicho consumo, que facilitará el cumplimiento de la meta de rojo fiscal para 2018, de 3,2% del PBI.

Quedó claro que para los próximos meses, las directrices de política económica «gradual» planteadas por el presidente Macri no están exentas de obstáculos: se resignó credibilidad y rigor monetario, habrá una inflación mayor a la prevista, pero por «efecto precios» también se «calentará» un poco más la actividad.

Si el crecimiento de 2017 se dio como rebote de una baja base de comparación, la del recesivo 2016, los avances de actividad de 2018 tendrán el «listón» mucho más alto en la comparación interanual, medida que requiere, según las necesidades políticas, una flexibilización de la política monetaria para poder crecer otro 3% anual.

Para 2018 pueden delinearse 10 puntos que marcarán un tránsito económico complejo, aún con un sesgo de crecimiento positivo:

  • CRECIMIENTO MODERADO.La actividad tendrá su segundo año de expansión. En 2017 el alza del PBI se ubicó en torno del 3% y los análisis privados, así como el Presupuesto 2018, anticipan una tasa similar para 2018 (3,5%). A favor de esta expectativa aportan el «arrastre» de actividad de los últimos dos trimestres más una recuperación económica en Brasil, también cercana al 3% en los próximos 12 meses
  • INFLACIÓN MÁS ALTA QUE LO ESTIMADO.La nueva meta de inflación de 15% para todo el año se aproxima más a las expectativas del mercado, que según el relevamiento del BCRA se elevó a un rango de 16 a 18 por ciento. Aunque significará una tasa 7 puntos porcentuales menor que la de 2017, estos cálculos públicos y privados anticipan una inflación que será entre tres y cuatro veces más alta que la del resto de la región, a excepción de Venezuela.
  • MÁS ENDEUDAMIENTO EN PESOS.El presidente Macri anticipó que el actual ritmo de endeudamiento es insostenible en el largo plazo. El Ministerio de Finanzas comenzó aampliar las emisiones en pesos y pausar las colocaciones en dólares en el exterior. La posibilidad de un mayor ritmo de aumento de tasas en los EEUU, que contagiará a los rendimientos de emergentes, vuelve prudente a esta estrategia, cuando los vencimientos de deuda de 2018 se duplicarán respecto del año anterior.
  • En simultáneo, se empieza a liberar al BCRA del rol de prestamista del Tesoro,un triunfo para Federcio Sturzenegger, quien, con un menor auxilio financiero para el Ejecutivo, contará con más autonomía para enfocar sus instrumentos en reducir la propia deuda de LEBAC de la autoridad monetaria y lidiar con una baja menos agresiva de la inflación.
  • OBJETIVO DE DÉFICIT FISCAL. La administración de Cambiemos confía en que una baja del déficit público y la desaceleración inflacionaria en los próximos años serán un incentivo para el crecimiento en el largo plazo. Pero bajar el déficit, en lo inmediato, tiene un efecto de freno en el ritmo de crecimiento, en un país donde el gasto del Estado tiene amplia influencia en la evolución del PBI. A la vez, la suba de precios regulados para ajustar los números fiscales empuja a la inflación en el corto plazo y quita pesos de los bolsillos para otros consumos
  • FUERTE ALZA DE TARIFAS.Los presupuestos familiares sufrirán un fuerte impacto por el incremento de estos precios regulados. Reducir el déficit fiscal implica un recorte en los subsidios económicos, es decir aquellos que reciben las empresas de servicios públicos como compensación por el atraso tarifario. El ahorro fiscal demandará subas en el transporte, combustibles, servicios públicos, peajes y medicina privada.
  • SALARIOS Y JUBILACIONES CON POCO MARGEN. Una inflación más alta que lo previsto es prólogo de negociaciones salariales muy disputadas, en las que será difícil obtener algún punto extra sobre el alza promedio de precios. A la par, el debate por la reforma previsional dejó expuesto que los haberes jubilatorios y asignaciones tendrán en 2018 una leve mejora real del 3%, según explicaron los funcionarios, unos 5 puntos menos que con la fórmula de cálculo anterior.
  • MENOS TASA Y MÁS DÓLAR.Con ajuste fiscal y suba de tarifas de por medio es imposible mantener a raya la inflación solo con el instrumento de la tasa de interés del BCRA. La entidad empezó a replegar los tipos de interés cercanos a 30% anual, que exponen a la entidad monetaria a una expansión de su deuda que con el tiempo puede ser explosiva, encarecen el crédito y marcan a futuro un horizonte de indexación de precios elevado e indeseado. No obstante, los rendimientos seguirán positivos en términos reales, es decir, por encima de la inflación, por cuanto la especulación financiera le competirá a la inversión genuina. «Menos tasa» y un dólar más caro pueden descomprimir esta situación en los próximos meses.
  • DÉFICIT DE CUENTA CORRIENTE.En los últimos dos años Argentina incrementó su deuda en dólares para financiar el «gradualismo» fiscal y lubricar el crecimiento, por al agregado de las importaciones a la economía doméstica. Pero la masa de divisas que ingresó al país y llevó a las reservas del BCRA a un récord cercano a USD 60.000 millones«planchó» el valor del dólar, que ganó apenas 17,9% en 2017. Por consumos en el exterior Argentina tuvo un déficit de USD 10.000 millones en 2017, más otros USD 9.000 millones por el rojo comercial. Un dólar más caro recalienta la inflación en lo inmediato, pero ayuda a reducir los desequilibrios por intercambio de bienes y servicios, mientras que reduce la dependencia de tomar tanta deuda en dólares.
  • INVERSIÓN Y EMPLEO. Según el Presupuesto 2018, el Gobierno prevé un crecimiento de la inversión a un 17% del PBI, indicador central para sostener el ritmo de actividad. aun lejos de nuestros vecinos Brasil en 19%, Colombia en 21% y Chile en 23 por ciento. A la vez, la inversión real es el puntal para una mejora del empleo, por ahora con una evolución más lenta que el resto de la economía. Según el INDEC, el nivel de desocupación fue del 8,3% al cierre del tercer trimestre del 2017, con una caída marginal de 0,2% en comparación al 8,5% de igual período del año anterior.
  • POBREZA QUE NO CEDE.Detrás de las estadísticas está el concreto presente de las familias y su calidad de vida. Bajo el slogan de «pobreza cero», el presidente Macri expresó que al finalizar su Gobierno, debía ser juzgado por la magnitud de la reducción de la pobreza. Según el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, el 31,4% de los argentinos vive actualmente en una situación de pobreza, unos 13,5 millones y medio de habitantes, con un agravante: la mitad de los pobres son menores de 14 años. Una inflación aún muy alta, ingresos reales estabilizados y empleo con crecimiento marginal serán un impedimento para que el umbral de pobreza ceda en 2018.

 

 

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