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Para Donald Trump 2017 fue un año mucho mejor de lo que puede parecer

«Tuits y humo». Esa expresión podría resumir el balance que los críticos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hacen de la gestión del mandatario durante sus primeros 11 meses en la Casa Blanca.

«Lo que ocurre con Donald Trump es que dice muchas cosas, pero es difícil encontrar evidencias de que ha cumplido con sus principales promesas de campaña, aparte de un poco de retórica», le dice a BBC Mundo Chris Edelson, profesor de Gobierno en la Escuela de Asuntos Públicos de la Universidad Americana.

«No ha cumplido sus promesas y, en ocasiones, ha hecho lo contrario de lo que había prometido», agrega Edelson.

«Él dijo que iba a construir un muro en la frontera y que lo iba a pagar México y eso no va a ocurrir. Prometió una reducción de impuestos para ayudar a la clase media y no a los ricos, pero el recorte previsto está muy centrado en beneficiar a las grandes empresas y a los ricos», dice

«Anunció que iba a deshacerse del Acuerdo Climático de París, pero creo que no puede abandonarlo hasta dentro de tres años. Lo que hizo fue firmar un documento, pero no lo ha conseguido».

La lista de las promesas no cumplidas o que lo han sido solo parcialmente incluye la derogación y reemplazo de la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, conocida como Obamacare, una bandera central de la campaña electoral de Trump y, en general, del Partido Republicano, que no ha podido hacerse realidad pese a que cuentan con una mayoría en el Congreso.

Sin embargo, más allá de este fracaso en un tema emblemático y de las numerosas polémicas en las que se ha vista envuelta la presidencia de Donald Trump, hay analistas que aseguran que el magnate inmobiliario ha hecho grandes, aunque poco visibles, avances, que dejarán una marca duradera en Estados Unidos.

«Hay tanta atención centrada en cada tuit nuevo y el discurso mayoritario es que él ha tenido un año muy poco exitoso porque no hay un muro en la frontera con México y por una carencia general de los elementos con los que solemos medir el éxito de una presidencia, pero Trump es alguien poco convencional», comenta a BBC Mundo Nicholas Jacobs, investigador de la Facultad de Políticas de la Universidad de Virginia.

Jacobs realizó un estudio junto al profesor Sidney M Mulkis, de la misma universidad, en el que hacen un balance de este primer periodo del mandato de Trump y concluyen que hasta ahora «hay muchas cosas por las que él puede atribuirse el crédito -o la culpa- a la hora de cumplir con sus promesas electorales».

Una agenda difusa

Según Jacobs, una de las dificultades a la hora de evaluar la presidencia de Trump reside en definir claramente su agenda.

Republicano cuenta con mayoría en el Congreso, Trump ha recurrido frecuentemente a órdenes presidenciales para impulsar los cambios que busca.

En ese sentido, el experto ubica dos tipos de temas: aquellos que fueron característicos de la campaña de Trump (inmigración, seguridad nacional, reforma del gobierno federal y nacionalismo económico); y aquellos en los que el magnate asumió una posición similar a la que habría tenido cualquier candidato postulado por los republicanos (energía, salud o justicia, entre otros).

«En cada una de esas áreas Trump ha avanzado en su agenda y creo que pese a todo, él ha tenido un año más exitoso de lo que muchos expertos están dispuestos a admitir«, señala Jacobs.

Indica que cuando comenzó el estudio se quedó asombrado por el gran número de decisiones adoptadas por la Casa Blanca desde enero de 2017.

Los datos parecen darle la razón al menos en lo que se refiere a la aprobación de órdenes ejecutivas.

Según una comparación realizada por CNN sobre los primeros 9 meses de los últimos 13 presidentes de Estados Unidos, Donald Trump es el mandatario que más medidas de este tipo ha aplicado desde la presidencia de Lyndon B. Johnson (1963-1969).

Hasta el pasado 13 de octubre había firmado 49 órdenes ejecutivas. En ese mismo periodo su antecesor, Barack Obama, solo había firmado 26.

«Gran parte de lo que Trump ha hecho ha sido revertir las cosas que hizo Obama», apunta Jacobs.

El investigador advierte, sin embargo, que algunas de las decisiones que se han tomado podrán marcar cambios de largo plazo en el país.

Cambios en marcha

Entre los temas más propios de la agenda de Trump, una de las medidas más controvertidas fue la prohibición de viajar a Estados Unidos para ciudadanos procedentes de una serie de países de mayoría musulmana.

Laa prohibición de entrada a EE.UU. de personas procedentes de varios países de mayoría

La orden presidencial generó gran polémica, fue llevada a los tribunales y tuvo que ser modificada en dos ocasiones, pero ahora finalmente ha recibido el visto bueno de las máximas autoridades judiciales.

En el tema migratorio, Jacobs señala además que la Casa Blanca adoptó una política para poner fin a las llamadas «ciudades santuario» y revirtió las medidas adoptadas por Obama para proteger de la deportación a los jóvenes que llegaron a Estados Unidos siendo menores de edad (DACA, por sus siglas en inglés) y a los padres de estos chicos (DAPA).

«La gente dirá que esto forma parte de su dura política antiinmigrantes, por lo que él podrá atribuírselo. Pero, Trump básicamente lo que hizo fue poner el tema en manos de los republicanos en el Congreso por lo que si sale algo de allí, él también podrá apuntarse un éxito legislativo», explica.

Indica que en el tema de la seguridad nacional -«algo que Trump vincula retóricamente con la inmigración»- hubo un aumento del presupuesto del Departamento de Defensa, a cambio de recortes en todos los demás sectores del gobierno y pese al discurso republicano actual en contra del déficit fiscal.

«En la agenda económica es probablemente donde Trump probablemente avanzó menos de lo que esperaba. Lo único que creo que puede presentar como una promesa cumplida es el retiro de Estados Unidos del Tratado de Comercio Transpacífico (TPP, por sus siglas inglés), que apuntala su idea de buscar acuerdos comerciales más restringidos», señala Jacobs, quien habló con BBC Mundo antes de que el Congreso aprobara la reciente reforma tributaria.

En relación con esta, que finalmente fue convertida en ley el pasado 20 de diciembre, Jacobs cree que se trata más de un logro del Congreso que de la Casa Blanca, pese a que durante la campaña electoral Trump había prometido un drástico recorte de impuestos y una simplificación de la legislación fiscal.

Ángel Bermúdez (@angelbermudez)

 

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