España y sus crisis
En este escenario, España nunca pudo ser un país unido y bajo sus raíces yace una red de diferencias regionales y está compuesta por 17 comunidades autónomas. Catalanes, gallegos, asturianos, vascos, aragoneses, valencianos, etc.
Este separatismo subyacente adquirió distintos formatos a lo largo de los años, incluso se forjaron grupos terroristas que asolaron las ciudades más importantes -sin duda ETA fue el más radical y violento-, hasta que se pudo desde los distintos gobiernos, neutralizar estas acciones y lograr una calma social.
Después del fallecimiento del dictador Generalísimo Francisco Franco, los partidos políticos se fortalecieron y a partir del denominado Pacto de la Moncloa, la democracia volvió a este país europeo en el que se habla castellano con gran influencia en nuestra Latinoamérica y en especial en nuestra Argentina.
No existe una única España, ni un único español, con una población de 46, 5 millones de habitantes y el agregado del gran incremento migratorio que ingresa por Africa, en busca de nuevos horizontes a la vez que escapando de la guerra, se transforma en un país considerado dentro de la comunidad Europea.
Existen lenguas distintas al idioma oficial el castellano, como ser, el catalán, el vasco, el gallego y además cada una de las islas Canarias, tienen su acento propio.
Hoy el tema que desordena España, es la Región de Cataluña, con una población de 7,4 millones de habitantes, siendo su capital Barcelona, con una población de 1,6 millones de habitantes.
Se ha producido un hecho en octubre que conmocionó a gran parte del pueblo español, a toda Europa y porqué no decirlo al resto del mundo. El gobierno catalán con su sede ejecutiva en su capital Barcelona, decidió políticamente ser un país independiente dentro del Reino de España.
El gobierno central (encabezado por el presidente Mariano Rajoy), ante una medida considerada fuera de todo lugar, hizo uso de la Constitución Nacional, y aplicó el Art. 155, destituyendo a toda la planta gubernamental del gobierno de Cataluña. Comenzando por su controvertido presidente, Carles
Puigdemont y siguiendo por todos sus ministros y autoridades de organismos.
Puigdemont se exilió en Bélgica, en su capital Bruselas y sus ministros fueron detenidos. Esta casi impensada situación independentista, ha generado una cuasi anarquía política y una división, una grieta social, en gran parte de españoles y catalanes.
Aproximadamente 2400 medianas y grandes empresas, están realizando corrimientos administrativos y comerciales, motivados por este conflicto que afecta enormemente a sus intereses. Resta mucho camino para recorrer y poder estabilizar la situación presentada.
Por un lado el gobierno de Bélgica se tomó un plazo para determinar si extradita o no a Puigdemont a España y de ser así, será un detenido más. Por otro lado el gobierno de Rajoy, llamó a elecciones en Cataluña para el próximo 21 de diciembre.
Una larga espera y de resultados impensados, la comunidad internacional en su gran mayoría se ha manifestado en contra de la decisión independentista del gobierno destituido de Cataluña. La incertidumbre reina en esta comunidad autonómica. Solo resta esperar los nuevos acontecimientos.