Periódico independiente de la provincia de Mendoza

Sociedad

Sobre la inspección de la Salada

Que las cosas no caigan por su propio peso

 

Desde hace años, UCIM se encuentra trabajando contra temas como la competencia desleal, la informalidad, la venta ambulante, el contrabando. Todos estos son motivo de preocupación en diversos ámbitos, no sólo empresariales sino también estatales.

 

Esto es dado a que este ejercicio desleal no solo perjudica a empresarios, que se ven afectados en el desarrollo de su actividad y al estado, por no recaudar , sino que entes como los de salud, se ven preocupados porque la venta de productos alimenticios no controlados pueden generar serios perjuicios a los miembros de la comunidad. Pasa lo mismo con los medicamentos, el transporte, entre un sin número de actividades.

 

El abordaje de estos temas, ha tomado un nuevo impulso en este último año, dado que la situación de baja de consumo hace que se sienta más profundamente la influencia de este modo de ejercer el comercio. Se han desarrollado un gran número de reuniones con entidades como la AFIP, ATM, Defensa de Consumidor , Dpto. de Fiscalización y Control de la pcia ,  municipios, organismos nacionales y provinciales de control para buscar medidas conjuntas que ayuden a , al menos, aplacar este flagelo.

 

Hoy vemos con cierto asombro cómo uno de los principales responsables de un gran centro de comercio ilegal como es la Salada de Buenos Aires fue detenido en un operativo digno de una serie policial de tv.

 

Este hecho nos hace reflexionar, por una parte, sobre lo satisfactorio que es que esta gestión tome verdaderas medidas ejemplares que muestren a quienes ejercen el comercio informalmente y no cumple con todas sus obligaciones tributarias, no tienen lugar en una sociedad civilizada.

 

Por el otro lado, este hecho permite poner luz sobre una enorme estructura existente y el inconmensurable caudal de dinero que  se maneja al margen de la legislación, lindando con el delito. Que quede claro: estas personas no son comerciantes de buena voluntad que deben decidir entre tributar o subsistir sino que se trata de personas que expresamente deciden no contribuir a un estado que necesita de los ciudadanos para poder brindar los servicios mínimos.

 

Pero también hay que dejar en claro que existe una cierta aprobación tácita, por parte de la sociedad, que supone que comprar a precios bajos sin recibir ningún tipo de comprobante y sin ninguna forma de justificar el “contrato” que significa una compra, termina perjudicándolo y que  la falsa idea de que aunque en forma muy  precaria generan “trabajo” también es una falacia.

 

Ambas posturas son absolutamente erróneas y conspiran contra la existencia social civilizada y la obligación de contribuir a un estado que brinda servicio del que somos parte todos.   

 

Aprobamos la actuación de las autoridades nacionales,en este caso y esperamos que las mismas, como las provinciales o municipales tomen una serie de medidas que obliguen a tributar a todos por igual. Nos referimos específicamente a La Saladita de Santa Rosa y a otros espacios comerciales que están proliferando (y otros que existen desde hace mucho tiempo) en el Gran Mendoza.

 

Quizá llegó el momento de superar esta cultura, avalada por gestiones anteriores y tan arraigada en la vida de los argentinos y tal vez es hora de que los que cumplen reciban menos presión,  porque todos cumplen.

 

La responsabilidad de contribuir al sostenimiento de un estado racional, es de todos y quienes no cumplen deben recibir el castigo proporcional a la falta realizada. Es hora de que el estado actúe a favor de quienes tributan y aportan al bienestar de la sociedad en general y no dejar que las cosas caigan por su propio peso.

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