Periódico independiente de la provincia de Mendoza

Opinión

Los tehuelches, auténticos habitantes de la Patagonia

Por Blanca M. Stoffel
Una mirada sobre los primeros ocupantes de la Patagonia en tiempos donde se actualiza el debate en torno a los pueblos originarios.
Los tehuelches pertenecían a uno de los pueblos aborígenes, el principal y el más conocido de la Patagonia y su territorio formaba parte del Chubut y se extendía hasta el estrecho de Magallanes.
Cuando Magallanes llegó a estas tierras, desembarcó en el puerto de San Julián. Su cronista, que se llamaba Pigafetta, describió a los integrantes de este pueblo como “gigantes”, y anotó” nuestro capitán llamó a este pueblo patagones”. Continúa el relato comentando que medían entre 1,73 a 1,85 mts., tenían cabello negro, lacio y tupido y vestían un manto cuadrangular de guanaco o de otros animales, con el pelo hacia adentro y la parte exterior decorada con motivos geométricos de colores rojo, amarillo y verde.
Calzaban una especie de mocasines de cuero y cernían la cabeza con la vincha a la que llamaban “cachel” como los onas, sus hermanos de raza. Comían carne de guanaco o avestruz y la caza era una de sus actividades principales. Estos indios, los onas, que viven en Tierra del Fuego, son parecidos a los tehuelches y su idioma es similar.
Según Pigafetta, estos indígenas eran tan altos -dice- que nuestra cabeza apenas llegaba a su cintura. Otros autores dicen que se ha exagerado la altura de estos aborígenes.
Es aquí en San Julián donde se produce un motín, porque algunos navegantes se negaban a continuar por las costas americanas y deseaban regresar a España. Magallanes los hace desembarcar y prosigue su viaje hasta el río Santa Cruz en donde se reaprovisionan y llega después hasta el Océano Pacífico que es llamado así por la tranquilidad de sus aguas.
La invasión de los araucanos chilenos impuso muchos rasgos culturales mapuches entre los núcleos humanos que poblaban La Pampa y la Patagonia y cubrió una gran área de nuestro país con nombres araucanos. Además, el mapuche fue usado por los misioneros como lengua general para la catequesis de algunos pueblos de La Pampa y la Patagonia.
Mas adelante, Pigafetta al continuar con la descripción de estos indios manifiesta: “No se encuentra hombre o mujer flaco, antes, todos son gruesos con proporción a su estatura lo que y usar las ropas del cuello a los pies, habrá contribuido a que algunos viajeros los tengan por gigantes”.
Las informaciones dejadas por el cronista de Magallanes son importantes y así lo consigna Serrano al señalar que «hombres y mujeres se pintaban la cara, el vestido consistía en un manto de cuero de guanaco muy bien cocido, llevando las mujeres cubiertas las partes naturales con una piel delgada, a manera de delantal”.
Dice Pigafetta después: “Al percibir que nuestros hombres armados se aproximaban, se pusieron en fila, sin armas y casi desnudos, pronto comenzaron su danza y su cántico, levantando el dedo índice al cielo, para darnos a entender que nos consideraban como a seres descendidos de lo alto”.
Todo lo que describe Pigafetta transcurre en el puerto de San Julián y fue un testigo valioso para conocer y describir a estos primitivos habitantes de la Patagonia.
Dijimos anteriormente que los tehuelches eran argentinos habitantes de la Patagonia y no mapuches raza de origen chileno que comenzó, desde hace un largo tiempo, a desplazarse hacia territorio argentino, incluso ocupando haciendas y tierras que se encuentran en manos privadas.
Vienen con la intención de ocupar tierras que nunca fueron de ellos reivindicando derechos que no les corresponden.
Según algunos autores (1), esta etnia es de origen australiano y constituye una de las pruebas más sólidas a favor del origen australo pacífico de una parte de los indígenas americanos.

(1)  Rivet, Paul. “Les mélano-polinesiens et les australiens en Amerique” en antropos, Tomo XX, Viena, 1925.

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