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¿Adiós a las tachas? Avanza un proyecto para prohibirlas en Mendoza

Basta recorrer las avenidas centrales de algún departamento o alguna intersección barrial compleja para advertir su presencia. Las denominadas «tachas refractarias» o «tortuguitas» han invadido las calles mendocinas desde hace unos años. Si bien su permanencia se justifica como reductores de velocidad vehicular, no son pocas las personas que han tenido percances por estos elementos que proliferan -a veces de forma excesiva- en las calzadas.

Los más perjudicados son ciclistas y motociclistas. Además de su baja adherencia que genera pérdida de equilibrio, su estructura frágil también provoca roturas que se convierten en bordes afilados y pernos sueltos, un peligro para las cubiertas. En cuanto a los automovilistas, denuncian daños en el tren delantero, frenos y carrocería. Por el lado de los municipios, que en definitiva son quienes las colocan, defienden su uso como una herramienta de seguridad vial.

Pero, ¿qué dicen las normas viales?
La incógnita -entonces- se centra en si estos módulos son legales o no. Para resolver la duda es necesario acudir a la normativa vigente. En su artículo 16, la Ley Provincial de Tránsito Nº 9.024 establece que «todo dispositivo destinado a surtir efecto en la vía pública debe ajustarse a las normas técnicas más avanzadas de seguridad vial», aunque en ningún momento nombra a las tachas.
Sin embargo, en el decreto reglamentario de la ley sí figuran entre los dispositivos autorizados, aunque exige un estudio técnico previo que determine la viabilidad de la intervención en la vía pública. Asimismo, especifica las características y requisitos que deberán cumplir las tachas, que no podrán superar los 35 milímetros de alto, y un ancho o base no menor a 160mm.

Las «tortuguitas» podrán ser: Retrorreflectivas, Cerámicas blancas de porcelana, vitrificadas, de alta resistencia a la circulación vehicular, Plásticas, de alta resistencia a la circulación vehicular
Un estudio del área de motociclistas de la Agencia Nacional de Seguridad Vial -publicado en 2020- desaconseja la utilización de las tachas plásticas atornilladas y sugiere su prohibición. En su lugar recomienda otras alternativas «más amigables» para vehículos de dos ruedas como para peatones, tales como las lomas de burro, bandas en agregado, bandas reductoras o pasos peatonales sobreelevados (los que se instalaron en el Parque Cívico de la Ciudad, por ejemplo).

Proyecto para prohibirlas
Mientras tanto, en la comisión de Obras Públicas, Urbanismo y Vivienda de Diputados comenzó a tratarse un proyecto de Mario Vadillo (Ciudadanos por Mendoza) para vetarlas como reductoras de velocidad.
En principio, se pretende avanzar en una regulación que unifique criterios nacionales, provinciales y municipales, para ser plasmados en una nueva ley, o bien como una norma modificatoria de la ley de tránsito. Para ello, serán consultados especialistas en tránsito y competencias legales constitucionalistas. Esta semana se prevé mantener una teleconferencia con Jorge Rubino, director nacional de Seguridad de los Motociclistas.

«En Argentina, en lugar de progresar y avanzar como un país civilizado, tenemos una cultura totalmente regresiva. En vez de colocar un cartel de Disco Pare, Ceda el Paso o un semáforo, ponen estas tachas sumamente riesgosas para motos y bicicletas, que generan daños vehiculares; y que además significa que la educación vial ha fracasado», señaló -en diálogo con Sitio Andino- el autor de la iniciativa.

Además, Vadillo insinuó la existencia de un negocio detrás de la instalación de las «tortuguitas». «Mendoza es el único lugar que tiene tachas. Es muy suspicaz, porque vemos que se colocan hasta seis hileras en lugares donde no hay tránsito o que está claro quién tiene prioridad de paso. No hay justificación y en la reposición aparecen cosas raras, dando lugar a la corrupción», advirtió el legislador.

Coincidente es la visión del titular de Seguridad Vial de Mendoza, Oscar Hómola, quien participó del diagrama de la norma de tránsito mendocina. «La ley detalla algunas obras que los municipios pueden hacer con la finalidad de reducir la velocidad, entre las que se encuentran las tachas, pero las que se colocan no son acordes a lo que el decreto reglamentario establece, de acuerdo a los parámetros internacionales», especificó el funcionario a este medio.

Señaló que las utilizadas en Mendoza sirven «para dividir una vía de la otra, no para reducir». En ese sentido, reparó en que no es necesaria una prohibición, sino más bien exigir el cumplimiento de la ley vigente. No obstante, se mostró de acuerdo en corregirla para evitar puntos grises.

El comisario reflejó interés de participar de la discusión legislativa en torno a las tachas, aunque por el momento no ha sido convocado. «Muchas veces se sigue más el clamor de la gente, y por tranquilizarla se incumple la ley, sin planificación previa ni asesoramiento de Vialidad, como indica el proceso legal», sostuvo.

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