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Sociedad

CIEN AÑOS DEL TOMBA

Esta semana hemos vivido un triste episodio, protagonizado por personas masificadas que irresponsablemente “festejaban” el centenario de la fundación, del club con el que simpatizan.

Es así que distintos grupos, incluso algunos formados por familias con niños, empezaron a reunirse en la zona cercana al Club, al que aparentemente ingresaron sin ningún inconveniente. Dentro del Club y sin cumplir ningún tipo de protocolo sanitario, “festejaron”.

Cabe que nos preguntemos por el papel que desempeñó de la Policía de Mendoza en tal ocasión. Obviamente, que el número de efectivos desplazado a la zona, estaba sobrepasado por la cantidad de simpatizantes del Club, a lo que debemos agregar, que éstos estaban masificados y no atendían razón alguna y menos aún, respetaban a la autoridad.

El año pasado se vivió una situación similar -aunque de menor gravedad- en ocasión del sepelio de uno de los principales hinchas de la “barra” del Club. O sea que los directivos de la Institución, no podrán invocar que la situación que estoy tratando en la presente, los tomó por sorpresa.

Los hechos acontecidos, nos llevan a pensar en que las autoridades del Club, advirtiendo la presencia del grupo de personas masificadas, abrió las puertas del Club para que los desenfrenados, dieran “rienda suelta” a su intención de festejar, si así podemos denominar a la VIOLACION DE LA CUARENTENA.

En efecto, el festejo fue una violación flagrante de todas las disposiciones respecto de la cuarentena. Los hechos que nos ocupan, no tienen diferencia -salvo en cuanto a su magnitud- con las fiestas clandestinas que suelen ser descubiertas por las autoridades.

El Código Penal, sanciona el delito de propagación de cuarentena. Pregunto; sfuera de los inadaptados que ingresaron al club, no hay responsabilidad de los directivos del mismo, que les habrían posibilitado el acceso ?

Lamentablemente la insubordinación y la falta de respeto a las autoridades se ha convertido en un hecho frecuente, tal el caso de vecinos que apedrean a la Policía protegiendo y encubriendo a sujetos perseguidos por la autoridad o que el “nuevo” modo de peticionar a las autoridades, es concentrarse en la calle, impidiendo el tránsito normal de los ciudadanos. Con el agravante, de que los que cortan la calle, no trabajan y los que no pueden transitar, están trabajando.

Todo eso se debe a la falta de autoridad que señalo, ante la pasividad de quien debe ejercer la misma.
EN EL CASO DE LOS HECHOS QUE SEÑALO, LA AUTORIDAD ESTUVO AUSENTE.

Por Raul E. Correa

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