Construyendo en la brecha

Asistimos a un momento de transición en la sociedad donde el rol que hasta aquí ocuparon los individuos comienza a reformularse y, como consecuencia, sus vínculos con los demás actores sociales, entre ellos las marcas.

Hemos pasado a una comunidad que en términos sociales exige, verifica y controla. Los individuos son cada vez más escépticos y no creen que las instituciones y empresas públicas les proveerán de manera natural el bienestar.

Esta nueva dimensión implica un cambio fenomenal en los términos del pacto: hacen valer sus derechos y exigen de las organizaciones un vínculo de pares. Cuando analizamos el comportamiento marcario de las categorías servicios públicos y universidades, el fenómeno de este cambio queda más evidente. Las construcciones marcarias evaluadas arrastran fuertes ideales de una sociedad homogénea y estructurada. Sociedad que cada vez verifica menos esta promesa.

Esto implica que el peso en las construcciones empieza a estar escindido entre el producto y la marca. Es decir, entre la promesa emitida y su verificación en la realidad. Hasta acá, la demanda lee mucho más los residuales constituidos anteriormente, que estos nuevos mensajes. Siempre que ha habido brecha entre oferta y demanda, hubo una fuerte oportunidad de construir un posicionamiento diferencial.
Y acá, vaya si la hay.

Héctor Ariño
Periodiodistaobervador@yahoo.com.ar.