Periódico independiente de la provincia de Mendoza

Sociedad

DINASTÍA

En los años ochenta, había una serie televisiva llamada DINASTIA.
Esa serie llegó después de DALLAS y bastante después de LA CALDERA DEL DIABLO.
Todas tenían un denominador común, y éste era el resultado que lograban los poderosos, utilizando sus influencias con la política, la economía y en algunos casos con la justicia.

Quien haya visto algún episodio de alguna de ésas series, entenderá el sentido de éstas líneas.

Al igual que en esas series y en casi todas las ciudades del mundo, Mendoza también tiene su “DINASTIA”, o por lo menos, así lo sienten muchos.

Esta semana fue noticia un hecho lamentable, ocurrido a la salida de una quinta ubicada en la zona de San Isidro.
Una camioneta embistió una casilla de vigilancia ubicada en el lugar, causando lesiones a un guardia, lesiones que le causaron la muerte.

Posiblemente, un hecho de esta naturaleza, donde una persona conduciendo a exceso de velocidad, en horas de la madrugada, saliendo de una fiesta privada, a la que habrían concurrido alrededor de cien personas -en medio de la pandemia- que luego del luctuoso hecho, huyó del lugar, dejando herida a la víctima, seguramente se habría informado de otra manera.

Justamente las reservas que se tomaron del caso, la falta de información inicial sobre la identidad del dueño de la quinta, el motivo de la fiesta (si es que la hubo), la identificación del presunto homicida, no habría sido tratado tan reservadamente, sino fuera DINASTIA.

Esta forma de ocultamiento, el temor, esa suerte de “complicidad” por omisión o silencio o vaya saber qué motivos, llevaron a los medios mendocinos a retacear información a la comunidad, cuando el caso involucraba a una parte de la sociedad mendocina, sector de la sociedad que podría ser considerado V.I.P. por su poder económico y contactos con el poder político.

Para el común de la gente, eso es impunidad. La impunidad de los poderosos.
Puede ser parte del folklore popular, pero en nada contribuye este otro sector de la sociedad, para no ser considerados parte de DINASTIA.

Hay sectores acostumbrados a tener su propia justicia, o hacer que la justicia haga lo que ellos quieran en virtud de su poder. Esto lo vemos a diario, y muchas veces, de la mano de los poderosos allegados al poder económico y a la política.

Esto es lo que la gente siente, y ésa gente lo siente y lo piensa, con respaldo en el propio actuar de estos señores del poder.

No hace falta nombrar a nadie, y mejor así, ya que, si ellos salieran a hablar, posiblemente no tendrían la fama que vienen ganando día a día. Todos saben de ellos.

A partir de esta forma de actuar, todo aquello que “tocan”, queda contaminado. Siempre tienen aduladores a su lado.
Con o sin razón, la política, la justicia, como el poder económico, se ven contaminados por esta forma de actuar.
Del accidente se dijo, que el conductor huyó del lugar, que iba acompañado de una mujer, que fue ayudado por personal policial para llegar a su domicilio en el Barrio Dalvian, que se movió el vehículo del lugar del siniestro. ¿Verdad o mentira?
¿Se pueden hacer fiestas con esa cantidad de gente en plena pandemia?
¿No se requiere para ello algún tipo de autorización?
¿Existía la autorización?
¿No hay controles de alcoholemia en esa zona, o nada sabía la Policía de Mendoza sobre tal fiesta privada?

La culpa no la tiene la gente que opina, la culpa la tienen quienes hacen de su vida una surte de “gueto” con sus propias normas de conducta, como si fuera un Estado dentro de otro Estado.

Se podrían escribir muchas historias sobre esta Mendoza tan prolija y democrática por fuera y tan autoritaria y corrompida por dentro.

Nadie tiene que ofenderse, como la mujer del Cesar, no solo hay que serlo, sino también parecerlo.

Carolina Jacky

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