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Economía

Efecto Milei: consumo en caída libre, Cuota Simple para pocos y empresarios acorralados

Las cuotas y otras herramientas para contener las ventas no son suficientes. Empresarios en alerta, buscan mantener mínimamente la actividad para poder sostener el empleo.

Si bien la situación económica del país ya era crítica en la «era Massa», con la asunción de Javier Mileiel panorama empeoró. El poder adquisitivo se desplomó aún más, impactando de lleno en bolsillo de los argentinos. Los sectores informales perdieron casi el 34% de capacidad de compra en un año y los sectores formales el 26%, según fuentes privadas.

Las actualizaciones salariales no fueron suficiente para hacerle frente a la inflación y los argentinos pasaron del fenómeno de «los pesos queman» -stockearse con productos para ganarle a la suba de precios constante- a una estrepitosa caída del consumo.

En pleno período de estanflación -estancamiento económico, elevada inflación y el consiguiente aumento del desempleo-, cámaras empresarias y especialistas en consumo hablaron con MDZ sobre la situación crítica que enfrentan.

Cuota Simple para pocos

El primero de febrero, el Gobierno lanzó Cuota Simple, el nuevo programa de financiamiento con tarjetas de crédito que estará vigente hasta el 31 de mayo con el objetivo de impulsar el consumo.

Tomando como referencia la Tasa Nominal Anual (TNA) del 93,5%, que se utiliza para aplicar el plan de financiación, se establecieron planes de tres y seis cuotas fijas, con un interés del 14,97% y del 31,41%, respectivamente.

En este punto cabe destacar dos cuestiones. Por un lado, los consumidores prefieren no financiarse, y si lo hacen es en pocas cuotas. Por el otro, gran parte de la economía argentina es informal, por lo que pocos son los argentinos que tienen acceso a una tarjeta de crédito bancaria.

En esta línea, se expresó Osvaldo Del Río, director de la consultora Scentia: «Las tarjetas se usan, pero con un poquito más de racionalidad. ¿Por qué? Porque hay muy pocas cuotas. Además, si la gente no puede pagar la tarjeta en su totalidad, empieza a generar una deuda, que hoy, con la tasa de interés que hay, se hace muy difícil después poder remontar».

Cuota Simple para pocos: solo el 25% de la economía es formal, y los trabajadores pueden obtener tarjetas bancarias.

«Las tarjetas de crédito se siguen utilizando, pero es exclusivamente para sectores formales de la economía, para aquellos que tienen capacidad de compra. Estamos hablando de un 25% de la población, que se pueden endeudar. En cambio, tenemos un 50% de economía informal, por la cual, la posibilidad de financiarse es bastante limitada», detalló Miguel Calvete, vicepresidente de la Confederación de Comercios y Servicios de la República Argentina, y presidente del Instituto de Estudios de Consumo Masivo (INDECOM).

Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), se mostraron cautelosos y con expectativas «realistas». En diálogo con MDZ, expresaron que, si bien en algún momento los programas de financiación del Gobierno repuntaban las ventas, la crisis actual es tan grande que solo esperan que «atenúen la caída».

«Depende también de cómo se llegue a esta primera parte del año con los cupos de las tarjetas», dijo Salvador Femenia, vocero de CAME.

Y en este orden, también se refirió a otro tipo de incentivos al consumo. Respecto a las promociones con determinadas tarjetas bancarias, dijo que funcionan, pero aclaró que los descuentos importantes solo llegan a las grandes cadenas. Sobre Cuenta DNI sostuvo que «funciona para el comercio minorista y otras billeteras virtuales provinciales también y siempre ayudan porque son descuentos efectivos que recibe la gente».

La Cuenta DNI ayudó, pero no fue suficiente para levantar el consumo.

¿Jaque mate a las empresas?

Mauro González, presidente de la Confederación Federal Pyme Argentina y empresario textil, relató a este medio que las ventas están en caída desde diciembre. «Se ha visto una merma en la actividad. No, quizás como se esperaba, pero sí ha habido una caída en el consumo«, afirmó.

Y respecto al panorama en el sector textil, añadió: «La caída en las ventas fue pronunciada más que nada a fin de año, y esto repercutió inevitablemente en la producción. No alcanzaron las herramientas vigentes como la Cuenta DNI del Banco Provincia o diferentes líneas como tienen los bancos con MODO, ni las cuotas«.

Salvador Femenia explicó que «los comercios están muy afectados porque todos los ajustes que hubo, el aumento del tipo de cambio, la suba de combustibles, han impactado muy fuerte en los precios y en la fuerte caída del poder adquisitivo».

«La situación es transversal a todos los rubros. Obviamente, la gente está dando prioridad a los consumos básicos, pero asimismo la caída es fuerte. El gran desafío en estos primeros meses va a ser poder mantener mínimamente la actividad para poder sostener el empleo, pero va a estar muy difícil», indicó.

Farmacias fue el rubro cuyas ventas más cayeron en enero.

Según el Índice de Ventas Minoristas Pymes de CAME, seis de los siete rubros relevados en diciembre registraron caídas interanuales en sus ventas, en donde la mayor retracción se detectó en Farmacias (-45,8% interanual), seguido por Alimentos y Bebidas (-37,1% i.a) y el único sector en alza fue Textil e Indumentaria (+0,9% i.a.).

¿Crisis sin fin?

El balance 2023 terminó con números positivos en lo que a ventas respecta. Sin embargo, la devaluación de diciembre post asunción de Milei, hizo que la tendencia cambiara en la última semana del año.

«Es fundamental resaltar que el 2023 fue positivo por el empuje del supermercadismo; pero este canal, que venía bien de ventas, cayó en la última semana de diciembre y dio negativo. Algo que no pasaba hacía mucho tiempo. En enero, en las tres primeras semanas se vio en los supermercados una retracción del 12%. Por lo tanto, ya se puede ver una tendencia y es que el consumo va a ser negativo para el primer mes del año y probablemente un poco más», analizó el director de la consultora Scentia.

Y agregó: «Ahora, para este año, se pronostica una retracción del orden del 7%. Esto es posible porque la inflación va a viajar a una velocidad superior a la que viajen los ingresos. Cada vez que la inflación le saca ventaja a los ingresos, el consumo se retrae. Cuando los ingresos empatan o le ganan por un poquito, el consumo se recupera».

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