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Economía

El Impuesto PAIS, ¿llegó para quedarse?

La nefasta historia argentina de los tributos que llegan para no irse nunca mas esta por repetirse. Javier Milei prometió «cortarse un brazo» antes que subir impuestos. No estaría pasando.

Durante la campaña electoral, Javier Milei no solo firmó ante cámaras de televisión que se comprometía a no aumentar impuestos, sino que llegó a decir que antes de subir un impuesto se cortaba un brazo.

La realidad es que ni bien asumió la presidencia promulgó un DNU y envió una ley ómnibus al Congreso por la cual, entre una infinidad de otras cosas, se aumentó el Impuesto PAIS del 7,5% al 17,5%, se propuso revertir la baja del impuesto a las ganancias que se había aprobado el año pasado y quiso establecer un aumento de los derechos de exportación para los derivados de la soja y extenderlo a todos los productos que se exportan. Es decir, un impuestazo.

Tanto el impuesto a las ganancias como los derechos de exportación fueron frenados por la oposición, la que también suele ser adicta a expoliar al contribuyente, pero el Impuesto PAIS quedó y el impuesto a los combustibles también lo estuvieron aumentando varios meses seguidos.

En rigor no sorprende esta contradicción de Milei respecto a que se iba a cortar un brazo antes de subir un impuesto e inmediatamente de asumir mandar proyectos de leyes de para aumentar impuestos. La historia de la carga impositiva en Argentina está llena de impuestos “transitorios” que, en realidad, van a ser permanentes.

Por ejemplo, el Impuesto a las Ganancias viene del impuesto a los réditos creado en enero de 1932 provisoriamente hasta el 31 de diciembre de 1934 por la crisis de 1929. La emergencia lleva 92 años de transitoriedad y el impuesto a las ganancias es, hoy en día, el primero o segundo impuesto que más aporta a los recursos del estado.

El IVA empezó a regir en 1975 con una alícuota del 13%. El IVA reemplazó a otros dos impuestos que existían hasta ese momento: el impuesto a las ventas (nacional) y el impuesto sobre las actividades lucrativas (provincial).

Como el IVA se iba a coparticipar, se acordó con las provincias eliminar el impuesto a las actividades lucrativas en tanto la nación dejaba de cobrar el impuesto a las ventas.

El IVA tenía una tasa del 13% pero para otros productos se aplicaba el 21%. En 1986, ante el fracaso del plan Austral, Alfonsín unificó el IVA en el 18% para todos los productos.

En 1995 se lo llevó al 21% en forma de emergencia por la crisis económica del tequila ocurrida en México en ese año y afectó a los países emergentes. Cavallo decidió elevar el IVA al 21% para equilibrar las cuentas públicas dado que estaba vigente la convertibilidad.

Pero el IVA, que empezó en el 13% y, al ser coparticipable, las provincias eliminaban el impuesto a las actividades lucrativas, tuvo la sorpresa, en realidad la sorpresa fue del contribuyente, que en 1977 tuvo como complemento el impuesto a los ingresos brutos que establecieron las provincias. Es decir, el impuesto a las actividades lucrativas que había sido eliminado en 1975 porque el IVA se iba a coparticipar, ahora era reemplazado por ingresos brutos que es un impuesto provincial y, además, las provincias coparticipan del IVA.

En concreto, el IVA pasó del 13% al 21% y actividades lucrativas fue reemplazado por ingresos brutos. Un simple cambio de nombre del impuesto provincial que al final se transformó en una mayor carga tributaria por el aumento de la alícuota del IVA y por el restablecimiento de actividades lucrativas bajo el nombre de ingresos brutos.

El impuesto a los bienes personales es otro impuesto que nació como un impuesto de emergencia en 1991, bajo la presidencia de Menem. Este impuesto era temporario e iba a durar hasta 1999, con lo cual llevamos 24 años en exceso de emergencia.

El impuesto a los créditos y débitos bancarios también fue creado como un impuesto de emergencia en marzo de 2001 y tenía que durar hasta el 31 de diciembre de 2002. En otras palabras, nos pasamos 21 años de más en emergencia y parece ser eterno.

Seguramente algún especialista en temas tributarios tendrá algunos ejemplos más, pero creo que con estos ejemplos que estoy dando sirve para ver que cuando en Argentina alguien establece un impuesto de emergencia, llega para quedarse definitivamente.

Toda esta larguísima introducción viene a cuento porque es común que la gente pregunte cuando se va a eliminar el Impuesto PAIS.

La realidad es que el Impuesto PAIS, que tiene una duración de 5 años, fue creado por Alberto Fernández en 2019. El Impuesto Para Una Argentina Inclusiva y Solidaria o impuesto PAIS como se lo denomina, ya ha adquirido un peso enorme dentro del total de los ingresos tributarios.

En marzo, el Impuesto PAIS representó el 9% del total de los ingresos tributarios antes de la coparticipación federal. Recordemos que el Impuesto PAIS no es coparticipable.

Si se lo compara con los derechos de importación, dado que se aplica todas las compras de divisas, los derechos de importación vienen rondando el 3% del total de los ingresos tributarios, vemos que en marzo el impuesto PAIS representó el 9% del total de los ingresos tributarios. Es decir, el impuesto PAIS es 3 veces más importante en la recaudación que los derechos de importación e incluso supera al impuesto a los créditos y débitos bancarios que llegó a ser el tercer impuesto más importante que en términos de ingresos fiscales.

Considerando que el impuesto PAIS debería terminar este año porque fue creado en 2019 por 5 años, la realidad es que, tal vez me equivoque, pero considerando la desesperación de Milei por tener equilibrio fiscal y ante la caída de los ingresos tributarios por la recesión, veo bastante difícil que este impuesto sea eliminado en el año en curso como estaba previsto inicialmente.

¿Será otro impuesto de emergencia que llegó para quedarse? Dios quiera que me equivoque.

Por ROBERTO CACHANOSKY

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