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Opinión

¡Están demandados!

Tres ex presidentes el miércoles juraron como senadores nacionales, haciéndolo con la tradicional ceremonia que dice «…si así no lo hiciera que la Patria se lo demande». Ni falta hacía, al menos con Cristina Kirchner y Carlos Menem, pues están demandados por anticipado, teniendo que rendir cuentas ante la justicia. La ex presidenta con una serie de procesamientos por su nefasto uso y abuso del cargo ejercido durante 8 años, con el aprovechamiento para amasar una fortuna que nadie puede siquiera calcular, pues no sólo no puede justificar lo declarado en blanco -salvo aquello de ser una abogada exitosa, a la cual no se le conoce siquiera un juicio-, quedando bajo sospecha que es también de la familia presidencial la mayor parte de la impresionante millonada de Lázaro Báez, que de testaferro de Néstor Kirchner pasó a convertirse en magnate en pocos años. Sobre Menem, que más puede decirse a lo que trasluce su imagen, de un legislador que más que preocupado por su provincia o el país lo está por si mismo, para tratar de protegerse de las dos condenas que tiene encima, pero que aún restando una tercera confirmación le dejó el hueco necesario para ser candidato y para peor, elegido. Y sobre «el Adolfo», tal vez no haya condenas judiciales, pero si recuerdos nefastos, como aquella increíble declaración de default en su fugaz paso por la presidencia, o bien lo más reciente de haber dado vuelta una elección de primarias a generales que había perdido por más de 20 puntos, con una repartija a diestra y siniestra que sumó -según dicen- unos 80 millones de pesos, salidos de los bolsillos de los contribuyentes sanluiseños.

Esto siempre tenerlo en cuenta, pues la plata que dilapidan los políticos y después falta para otras cosas, siempre la pone la gente, y en especial los más humildes. A los realmente ricos pocas veces llegan a tocarle los bolsillos, y si alguna vez lo hacen, ni lo sienten. O encuentran la forma de eludirlo, historia vieja.
Queda también expuesto, aquello tan remanido pero nunca solucionado de «justicia lenta no es justicia».

Tal cual. ¿Cuántos años hace lo de las armas a Ecuador de Menem? Y todavía estamos dando vueltas al aguarda de confirmación de sentencias. Lo de CFK es más reciente, pero igualmente demorado, al punto que todavía no la han llamado de declarar por la estafa con la obra pública -causa conocida como ruta del dinero K-, incluso habiendo sido el juez Casanello intimado por la Cámara correspondiente para que cumpla con ese trámite. Ni así avanza, al menos hasta ahora. Por algo la Justicia está en los más bajos estándares de consideración y credibilidad entre la gente, cuando la lógica indica que tendría que estar encabezando el lote. Aunque, pensándolo un poco, bien ganado lo tienen.

Y ya que estamos recolectando cuestiones del pasado con esta lentitud judicial, en estos días también tuvimos la condena a los represores de la dictadura por la causa Esma III, un juicio que se extendió durante 5 años y con más de 400 audiencias. Pero pensemos que estos hechos hoy condenados fueron 4 décadas atrás. Todo dicho y nada por agregar.

Cerrando una semana donde siempre hay de sobra, está el caso de los mapuches, que tal como van desarrollándose los acontecimientos, se califica la situación como una nueva guerrilla en ciernes. ¿Dónde se ha visto que dentro de un Estado haya quienes pretendan su propio Estado, desconociendo leyes y quemando banderas? Pero es cierto, caben salvedades, aunque no justificaciones. En primer lugar, dejar al costado a los verdaderos mapuches. ¿Cómo es posible que en doce años de kirchnerismo no hubo reclamos y ahora aparecen con este salvajismo? Aceptemos que puede ser casualidad, aunque se dejan entrever algunas cuestiones que traslucen que hay quienes fogonean y sostienen este anarquismo de la RAM, que en Chile cometió verdaderos desastres.

Por Roberto Actis

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