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Opinión

LA PESADA HERENCIA

El matrimonio Kirchner demonizó hasta el hartazgo el último gobierno militar, del cual ellos fueron beneficiarios en calidad de matrimonio próspero al comprar 22 propiedades entre 1977 y 1981 (ascenso económico bastante curioso para quienes dicen haber sido “perseguidos políticos” por entonces).

Luego denostaron la década del 90, pero en esos años ellos fueron menemistas (compartieron en 6 ocasiones la boleta con el “compañero Carlos”) y entusiastas privatizadores del petróleo, de cuyas regalías se apropiaron.

Criticaron con frenesí la jurisdicción norteamericana para dirimir el conflicto con los llamados “fondos buitres”, pero fueron ellos quienes pactaron dicha jurisdicción. Asimismo, cuestionaron “la usura” de dichos fondos, pero el matrimonio presidencial se enriqueció en el sur justamente por medio de la usura durante sus sórdidos entuertos con Finsud. Hoy  nuevamente fustigan a Estados Unidos  por amenazar a Venezuela, sin hablar de los padecimientos del pueblo venezolano y fundamentalmente de la oposición  detenida con un desconocimiento total a  la libertad de expresión,  y al ejercicio democrático                                                             

Criticaron además al malogrado fiscal Nisman horas antes de su extraña muerte, a pesar de que fueron ellos los que le otorgaron la confianza y los jugosos desembolsos para conducir la investigación de la causa AMIA con una fiscalía especial a su cargo y fueron ellos quienes nombraron a Stiusso como colaborador de Nisman.

Justamente, una de las características del kirchcnerismo ha sido y sigue siendo denostar lo que antes enaltecieron, pero ocurre que hoy esas respuestas que ya están gastadas, son repetitivas y no sorprenden a nadie. Es por eso que el descrédito está a la orden del día y la camarilla gubernamental se está desbandando en el máximo descrédito local e internacional. Sus inmoralidades y acciones dictatoriales  ya dejaron de causar gracia y las mismas no hacen otra cosa que seguir agigantando el desprestigio y la indignación colectiva.

Preso de su propio modus operandi, el kirchnerismo se irá del poder tal como merece irse Pero como siempre lo han hecho los gobiernos peronistas, se están yendo amenazando al pueblo por quién votar, como si el pueblo fuera  boludo. Alerta sobre una lucha por que los van a atacar, dice Cristina Fernández.–Mientras tanto la pesada herencia  ya está  entre nosotros. Miles de militantes de la Cámpora están ocupando cargos estratégicos especialmente en fiscalías federales, y provinciales, en gobiernos provinciales y en empresas del estado .Un caparazón lo suficientemente importante para que el próximo gobierno, sea del color que sea, tenga serias dificultades para investigar los 20 años de  kichnerismo

Hector AriñoPor Hector Ariño

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