Periódico independiente de la provincia de Mendoza

Salud

LO QUE NUESTRA MENTE CALLA

La mente tiene efectos sobre el cuerpo, como por ejemplo la aceleración de nuestro ritmo cardiaco ante una situación de peligro y cuando nos ponemos colorados de vergüenza.

Pero en estos tiempos de pandemia hay muchas enfermedades ligadas al factor emocional donde la salud y el estrés tienen estrecha relación.

Hay personas que padecen enfermedades cuyas causas y origen es difícil establecer a través de estudios médicos cuando no hay una bacteria/virus que ingresó al organismo o cuando el organismo empieza a fallar sin motivo aparente, buscamos dar cuente de ese mal en el cuerpo, considerándolo como ciertos procesos mentales ligados a lo afectivo.

Sabemos que una lesión tiene un impacto en nuestro aparato psicológico que impactan en el cuerpo.
Mucho de lo mental se proyecta en el cuerpo y ocasionalmente se produce un corte en la relación cuerpo-mente que genera una falta de entendimiento respecto al padecer y a la relación que éste podría tener con algún acontecimiento de naturaleza emocional, se pierde todo tipo de conexión con los pensamientos y emociones.

En estos casos, muchas veces se reduce el padecimiento a una situación concreta alejada de los afectos y reducible a un diagnóstico médico tal como sucede en la diabetes, psioriasis, reumatismo, trastornos digestivos, úlceras, colon irritable, gastritis entre otras y hasta el mismo cáncer, donde queda pendiente el porqué de su aparición y por ende cómo abordar la situación.

Cuando no se puede procesar ciertos acontecimientos dolorosos y el sujeto se va superando en el pleno mental, se corre el riesgo de proyectarlos en el cuerpo y existen grandes posibilidades de enfermar (como defensa a un dolor psíquico) donde el padecimiento en el cuerpo resulta más tentador que aquel alojado en el pleno mental.

La mente y el cuerpo es un «todo» que funciona en forma analítica para reflejar los padecimientos, que implica al sujeto en su enfermedad. Buscamos acceder a un significado inconsciente de estos síntomas los cuales el enfermo desconoce totalmente.

Nuestra mente tiene que funcionar correctamente, para contener la tendencia a la somatización y habilitar el pensamiento, renovando la esperanza que nos permita tomar las riendas de la vida y definir el futuro.

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