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Opinión

Los aumentos de agosto: prepagas, alquileres y expensas.

El Gobierno autorizó incrementos en algunos servicios básicos para el octavo mes del año, además, se activa la fórmula para actualizar alquileres. Las tarifas se mantendrán pisadas, y en el caso del gas, además, comenzará a impactar la ley de Zona Fría.

Los aumentos de agosto le pondrán mayor presión al plan del Gobierno Nacional, para contener una inflación estimada, según los analistas participantes del Relevamiento de Expectativas de Mercado del BCRA en 48% para diciembre de este año.

A la par, los salarios comenzarán a mostrar cierta recomposición entre agosto y septiembre (incluidas las jubilaciones), pero para llegar al 30% acordado por los gremios a principios de año, en la mayoría de los casos habrá que esperar a febrero y marzo de 2022, con lo que el poder adquisitivo se habrá visto resentido. Ante esta situación, diversos gremios como Comercio, Construcción, y Metalurgia, solicitaron reapertura de paritarias para discutir un porcentaje final mayor.

Ahora bien, para agosto se esperan subas en prepagas, GNC, alquileres y expensas, y en Mendoza, además, entre el 25 y el 31 de agosto se podrá cancelar en término la cuarta cuota del impuesto automotor.

El Ejecutivo autorizó un incremento en las cuotas de las prepagas del 9% desde el 1 de agosto. El incremento desde este mes y hasta enero de 2022 alcanzará el 41,4% (9% a partir del 1 de septiembre, 9% a partir del 1 de octubre y 9 a partir del 1 de enero de 2022). Antes de esta autorización, las empresas pudieron incrementar un 3,5% en marzo, 4,5% en abril y 5,5% en mayo, de manera que en menos de un año, de marzo de 2021 y a enero de 2022, habrán alcanzado incrementos del 61,04%.

Por la Ley de Alquileres, los contratos nuevos firmados en agosto del año pasado deberán actualizarse según el Índice para Contratos de Locación (ICL), que publica diariamente el Banco Central (+44,5%). El cálculo responde a la siguiente fórmula: el total del alquiler dividido por el índice con fecha de cuando se firmó el contrato, multiplicado por el índice del día en que se aplica el aumento sobre el mismo.

Así, el 2 de agosto de 2020 el índice era de 1,01 puntos, y al 2 de agosto de este año, 1,46 puntos. Si el alquiler a calcular fuera de $20.000, la actualización sería de $28.910 (($20.000/1,01)x1,46)).
Además, por las paritarias acordadas por los porteros (Suterh), cabe esperar un incremento en ese ítem en los edificios y barrios privados mendocinos.

En los primeros seis meses del año, la inflación acumulada, medida por el indec fue de 25,3%, y los analistas del Banco Central estimaron que en el mes de julio los precios avanzaron 2,9%, mientras que, promedio mensual de las variaciones esperadas entre junio y diciembre de 2021 es de 2,9%. Así, la meta proyectada por el Gobierno Nacional para todo el año (29%), se habría alcanzado en los próximos meses, y para cerrar el año se alcanzaría el 48% de inflación.

En particular, “Mendoza, en el último relevamiento del Indec, fue una de las provincias con mayor porcentaje de incremento, y tradicionalmente ha tenido uno de los niveles de inflación más altos, por su lejanía con los centros urbanos. El flete juega un rol fundamental en la composición de los precios”, explicó el economista José Vargas, titular de la consultora Evaluecon.

Además, destacó que por tratarse de una provincia turística, los precios en Mendoza tienden a ser más elevados. “También contribuye el hecho de que hay subsidios que se otorgan en Buenos Aires y no se perciben en Mendoza, como los que tiene el sector industrial y algunos relacionados a las tarifas de servicios públicos. Eso hace que Mendoza sea relativamente más cara que Buenos Aires, Santa Fe o La Pampa, por ejemplo”, indicó Vargas.

Cabe destacar, que en materia de salarios no se acompaña esa diferencia. Por el contrario, los asalariados provinciales quedan rezagados con respecto a otras provincias, y habrá que esperar al cierre de las futuras paritarias para ver cierta recomposición. Así, según Vargas, el sueldo en Mendoza se mantiene sin cambios desde junio, cuando el economista calculó un ingreso promedio de $49.200 netos (registrado y no registrado, es decir sector público, privado, formal e informal).

A principios de julio el Gobierno promulgó la ley de zonas frías, que reduce las tarifas de gas hasta un 50% para más de 400 mil usuarios de la provincia. No obstante, el Enargas aun se encuentra trabajando en los cuadros tarifarios diferenciales y se estima que recién a fines de agosto o principios de septiembre, se notará el impacto en la factura, cuando se comiencen a procesar los datos del bimestre anterior, con los consumos de los meses más fríos del año.

Los hogares de menores ingresos (beneficiarios de planes sociales, jubilados y monotributistas sociales, entre otros), aquellos en los que residen electrodependientes y las Entidades de Bien Público y SGP (grandes consumos) tendrán una reducción del 50% en el Cuadro Tarifario (CT). Conservarán también el descuento del 50% los usuarios de la Región Patagónica, el departamento de Malargüe en Mendoza y la región de la Puna en el Noroeste.

El resto de los hogares con tarifa diferencial incorporados (nuevos beneficiarios TD) percibirán un descuento del 30% en sus CT.

Con el descuento, se prevé que los hogares con un 30% de descuento por la aplicación de la ampliación del Régimen (351.389 usuarios de Mendoza), ahorren unos $5.237 al finalizar un año, y quienes tienen beneficios del 50% (55.191 mendocinos), ahorren $ 9.763 en doce meses.

El 70% de los argentinos asegura que ha cambiado sus hábitos de compra, pasando a productos de menor valor para su día a día. Una costumbre arraigada
La pandemia trajo modificaciones en las costumbres. Algunas de ellas están ligadas a la logística, pero muchas otras están más vinculadas a la crisis económica en la que la Argentina está enquistada ya desde antes de la aparición del Covid-19.

Esto trajo que 7 de cada 10 argentinos pasaron a una segunda marca, buscando no recortar en cantidad de productos, pero sí realizar un ajuste en sus gastos mensuales. Entre quienes tomaron esta decisión, hay un mayor porcentaje de mujeres, ubicadas entre los 36 y 45 años, y también las personas de los niveles socio-económicos más bajos.

Estos datos, que se desprenden de la investigación realizada por Quiddity, se suman a que 2 de cada 3 personas cambiaron su lugar de compra habitual. Esta conducta incentivó a que los consumidores elijan marcas alternativas para consumir: de hecho, el 94% cambió al menos una de su repertorio en el último año.

Un dato a destacar es que 8 de cada 10 consideran que la nueva marca les proporciona el mismo resultado que la anterior e inclusive el 15% considera que fue mejor. La pregunta del millón….¿cómo tomarán los consumidores los planes «ahora 12» con cuotas a 48 y hasta 60 cuotas para electrodomésticos, blanco y lentes de contecto y recetados ?

En este sentido, quedó demostrado que la experiencia es satisfactoria (96%) y que no solo consideran que es muy probable que continúen usándolas sino que, además, el 70% ha recomendado su experiencia a conocidos.

Muchos consumidores buscan productos que estén en programas como Precios Cuidados, aunque pocos son los que aparecen en las góndolas.

«Si bien existe una gran oportunidad para que estas nuevas marcas generen mayor cercanía con el nuevo consumidor, el 71% de las personas que han migrado de una marca a otra volverían a la anterior si pudieran hacerlo», aclara Verónica Rodríguez Celin, directora de Quiddity.

La necesidad de pasar a segundas marcas, de caminar las calle, de buscar Precios Cuidados y de mirar el doble a su economía personal o familiar, se debe fundamentalmente a la falta de dinero en los bolsillos.

Es importantísimo poder terminar con este círculo vicioso se transforme en uno virtuoso, y para eso es fundamental que esté el brazo enérgico del Gobierno», advierte Raúl Hutin, empresario textil, secretario de la Central de Entidades Empresarias Nacionales y miembro de la Mesa Nacional de Pymes.

Para este experto, «el Estado debe romper la inercia de esta economía que hoy está frenada. Apenas la vacunación de resultados, creemos que esto cambiará para el último cuatrimestre».

Martín Grandes, codirector del Observatorio de Innovación Social de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA e investigador del Conicet, sostiene que el fenómeno de las segundas marcas ya tiene más de 20 años como mínimo. «Creo que la crisis del 2001 la disparó, pero el consumidor va y viene, pocas veces vuelve a la primera. En la canasta básica es muy difícil pagar el precio completo y por eso pocas veces se abandona la segunda marca. Un ejemplo de esto es la leche: hay productos que valen un 50 a un 30% menos que las de primeras marcas», dice.

Lo que para este especialista no funcionan bien son los cortes económicos de carne, salvo en los márgenes de los niveles socio-económicos más desfavorecidos. Y lo mismo sucede con las frutas y verduras.

En la carne, uno de los pocos segmentos en los que la gente no busca los cortes más baratos.
Y es así como menciona, ya que en 2002, las segundas marcas (que vale aclarar son producidas por las mismas empresas, muchas veces, que las de primera línea) acaparaban un 55% del consumo masivo.

Pero claro, Argentina venía de vivir la década del 90, cuando el consumo era el rey y las marcas no solo eran más accesibles por el uno a uno, sino que cada compra era sinónimo de estatus.

Este pasaje le dejó a los argentinos una enseñanza fuerte, no solo en la mirada entrenada para divisar productos en las góndolas, sino porque se convirtieron en especialistas en reconocer esas marcas que quizá no eran visibles, pero que se usan todos los días, como los productos de limpieza o los ingredientes para cocinar.

Héctor Ariño
Periodistaobservador@yahoo.com.ar.

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