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Opinión

Suiza explora un plan de paz para la guerra en Ucrania

Viola Amherd, Presidenta de la Confederación Suiza y jefa del Departamento Federal de la Defensa, de la Protección de la Población y de Deportes

La participación del Presidente ucraniano Volodymyr Zelensky en el reciente Foro Económico
Mundial de Davos, y su visita a Berna, anticiparon el anuncio del ministro de exteriores suizo,
Ignazio Cassis, que su gobierno aceptaba el pedido de Kiev, de organizar una «cumbre global de
paz», para poner fin a la agresión de Rusia en Ucrania. La diplomacia helvética ya está
negociando la lista de participantes, una idea «impensable», sin la participación de Moscú. (1)

Suiza es conocida por acoger mecanismos de mediación para resolver indistintos conflictos, en
virtud de su neutralidad, »buenos oficios », y no integrar ningún bloque regional, al margen de su
adhesión a la ONU en 2002, y de albergar en Ginebra la sede europea de la misma. En su
territorio se domicilian 39 organismos internacionales y unas 400 oenegés, y han tenido lugar 2
reuniones entre los presidentes de Estados Unidos y Rusia (Reagan-Gorbatchev /1985/ y PutinBiden /2021/). Pero ahora es la primera vez que Suiza asume la iniciativa y organiza el evento.

Los representantes de unos 80 países asistieron en Davos a la presentación del proyecto, a cargo
del propio Cassis y de Andriy Yermak, jefe de la administración ucraniana, prolongando la
continuidad de encuentros previos en Copenhague, Djeddah y Malta. Sin embargo, China no
asistió al conclave pese a la presencia de su primer ministro en Davos, Li Qiang. El ministro de
exteriores ruso, Sergueï Lavrov, desestimó en Moscú «negociaciones de paz» con Ucrania.

La iniciativa suiza podría prosperar dado la inoperancia del Consejo de Seguridad de la ONU, al
tiempo que la relación de fuerzas militares en el terreno, no muestran una superioridad
significativa de ninguna de las 2 partes. Rusia mantiene el control en torno al 20% del territorio
ucraniano, ocupado desde el inicio de la invasión en febrero de 2022. Kiev fracasó en su
contraofensiva de mediados del año pasado, para quebrar el cerco ruso, y hoy resiste embates
de tropas de Moscú, y replica sus bombardeos, mientras debate una ley para convocar a medio
millón de nuevos soldados, que reemplacen 70.000 muertos y 120.000 heridos fuera de combate.

A su vez, Ucrania intenta reemplazar el apoyo logístico de Washington, tras el cese de la
asistencia financiera ante la crisis entre demócratas y republicanos en el Congreso
estadounidense, bloqueando los fondos de una prometida ayuda militar. El gobierno de Zelensky
ha optado por la fabricación propia de municiones y drones, con el aprovisionamiento de
tanques, artillería, obuses, cañones, misiles, bombas y aviones, de tecnología europea.

La situación de Rusia parecería mas confortable, por ejercer la amenaza nuclear, y el nivel
cuantitativo mayor de su población, de 146 millones de habitantes (3 menos que en 1992 al fin de
la URSS) frente a 43.700.000 en Ucrania. No obstante la hipotética supremacía de la «democracia
autoritaria» de Putin trasluce una histórica «debilidad fundamental» de fecundidad, sin contar
300.000 de muertos y heridos durante la guerra contra la OTAN en Ucrania, según la prensa
internacional, lo cual le dejaría un margen de 5 años para ganarla. La proyecciones de la ONU
calculan una baja de la población rusa a 143 millones en 2030, y a 126 millones en 2050. (2)

Desde Ginebra, Juan Gasparini.

(1) «Le Temps», Ginebra, 20 de enero de 2024.
(2) Emmanuel Todd, «La défaite de l’Occident», Gallimard, Francia, enero de 2024; «Le Point»,
Paris, 4 de enero de 2024.

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