Periódico independiente de la provincia de Mendoza

Opinión

UNA MIRADA HACIA NUESTRA PATRIA GRANDE.

El mundo asiste a una crisis histórica del multilateralismo como consecuencia del retorno de Estados Unidos al aislamiento de América del Sur y sus ya conocidas peleas con China por sus carreras tecnológicas y estratégica y por sus efectos políticos y económicos.

Los países de la región, tratan de alcanzar ayudas, faltos de poder y de una voz común han dependido siempre de ayudas para evitar daños económicos y alcanzar algunos beneficios en el comercio, el desarrollo y negocios en algunas negociaciones globales.

En estos tiempos de la Pandemia, la ayuda técnica y material brindada por la Organización Mundial de Salud resulta indispensable para el impulso de políticas sanitarias globales, sobre todo por que en estos momentos hay en el mundo 156 países que estudian, desarrollan y fabrican vacunas contra el Corona Virus 19 para lograr una distribución equitativa de las vacunas cuando estas sean aprobadas y producidas.

Las organizaciones regionales no pueden desempeñar un papel proactivo en la recuperación de la cooperación é integración entre los países ya que la profunda crisis por la que atravieza los países latinoamericanos han desmoronado sus capacidades económicas y financieras y han saturado sus sistemas sanitarios, han reducido unilateralmente sus fronteras para evitar el tránsito internacional, situaciones que se han visto agravadas por las crisis social, económica y política por las que atraviezan los países por el nivel de confictos políticos y diplomáticos entre los estados de la región.

La única instancia de lograr un acuerdo para la lucha contra el Corona Virus se ha dado en el marco del PROSUR, una instancia que no contiene a todos los países de la región.

El Ente ha tenido algunas reuniones virtuales entre los presidentes de Argentina y Brasil, que no siempre participan, y los cancilleres y ministros de salud de varios países, aunque aún no han emitido ninguna decisión conjunta, efectiva y práctica, más allá de la disposición de adquirir compras en común de insumos y vacunas.

Ha quedado en evidencia la fragilidad regional ante los acontecimientos globales tanto en el ámbito de las políticas mundiales, en la confrontación entre las grandes potencias, como lo constituye los peligros globales por las pandemias.

América Latina han dado muestras de las profundas grietas que persisten y esto evitan alcanzar una concertación regional con miras hacia el futuro. La pobreza y las desigualdades siguen dañando el desarrollo de la gente de este lugar en el mundo.

Como sucede en el resto del mundo, los gobiernos latinoamericanos han perdido la fé en el valor de trabajar juntos. Así estamos.

Héctor Ariño
Periodistaobservador@yahoo.com.ar.

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