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Sociedad

UNA POLÍTICA IMPOSITIVA

Todo parece que el Gobierno Nacional no quiere renunciar a la política impositiva que asficia a empresarios, empleados y a todo el mundo del trabajo. Me refiero al ya conocido impuesto a la riqueza, que al parecer no estará en el programa de economía.

Este impuesto que fue un manotaso a las fortunas de privados tuvo un porcentaje del 2% para quienes superen los 200 millones de pesos.

El proyecto del kischnerista Máximo Kischner en diputados y en el Congreso solo Juntos por el Cambio se oponen a la iniciativa que al parecer quedará en nada.

Cambien para el oficialismo que tuvo en comisiones el tratamiento de varios proyectos del presupuesto, afirmaron que el proyecto a la riqueza no está a consideración de esas comisiones.

El congreso está a la espera del proyecto de reforma impositiva que deberá ingresar el Ministro Martín Guzmán y que tiene como ariete el impuesto solidario y extraordinario para que este no sea compatible con el impuesto a la riqueza que quiere esperen impulsar los kischneritas.

Se espera un largo debate por la reforma impositiva, en especial de los legisladores provinciales que tienen mandato de sus respectivos gobiernos. No descartan que inclusive ya dictaminado el proyecto de ley pueda recibir modificaciones

Para los diputados esperar el proyecto de cambios en la actual ley impositiva,esperando que en los próximos días ingrese a comisiones el proyecto del Gobierno Nacional. También deberán tratar proyectos como la nueva ley del aborto y las nuevas escalas para los aumentos a jubilados y pensionados, ayuda universal por hijo y otros subsidios del Anses.

En definitiva hay varios proyecto de reforma impositiva de oficialistas y opositoros, para debatir con el proyecto de Guzmán, entre las iniciativas se encuentra uno que habla de los patrimonio personales, estableciendo un bono para canjear y que podría hacer recaudar unos 307 mil millones de pesos. Así el impuesto a la riqueza podrá ser una iniciativa distinta en un Congreso que necesita ser amigo de los empresarios.

Se ha producido un giro a la ortodoxia bastante notable en la gestión económica y es comprensible porque Alberto Fernandez y Cristina Fernandez, se esfuerzan por disimular que están borrando con el codo no solo lo que escribieron durante años con la mano y prometieron a diestra y siniestra, sino lo que hasta ayer mismo querían hacer.

Del Estado presente a los famosos «multiplicadres» justicialistas, que persisten en la ridícula idea según la cual el gobierno debe subir el gasto vía emición de divisas para reactivar la economía donde ya no queda nada.

Los resultados son cada vez más castatróficos y nos conducen a una crisis de gobernabilidad de impredecibles consecuencias de un gobierno que cumple recién el primer año y nos enfrentamos a una megadevualación que es difícil saber cuando termina, esperando la difícil misión de arreglar la economía y una nueva política impositiva.

Héctor Ariño
Periodistaobservador@yahoo. com.ar.

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