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Internacionales

La ONU reafirma el derecho del pueblo palestino a la libre determinación

La creación de un Estado Palestino, conviviendo pacíficamente con Israel, constituye una
asignatura pendiente desde la fundación de la ONU, manteniendo incólume el principio de la libre
autodeterminación de los pueblos.

El Consejo de Derechos Humanos de la ONU adoptó por votación en Ginebra una resolución
confirmando el derecho inalienable del pueblo palestino a la libre determinación, tras el
relanzamiento en Nueva York del procedimiento para que se reconozca a Palestina como «Estado
miembro de forma plena», superando así el estatus actual de «observador». La carta de petición
ha sido dirigida al Secretario General, y trasmitida al Consejo de Seguridad, para resolver este
mes.(1)

La solicitud palestina se originó en 2011, recibiendo solamente su admisión como «observador»
en 2012. Para coronar ahora el tramite, los diplomáticos palestinos necesitan una mayoría de 2
tercios en la Asamblea General de la ONU, integrada por 193 Estados. Afirman que ya tendrían
140 votos. Sin embargo, el Consejo de Seguridad debe otorgar antes una «recomendación
positiva», lo cual significaría que no fue allí vetada por Estados Unidos, de momento imprevisible.

Por cierto, la decisión de Ginebra reconstruye la historia protagonizados por la ONU desde su
fundación. Observa que por «no haber puesto fin a la ocupación al cabo de 57 años, aumenta la
responsabilidad internacional de defender los derechos humanos del pueblo palestino». Lamenta
que el tema «siga sin resolverse 77 años después de la aprobación de la resolución de la
Asamblea General del 29 de noviembre de 1947, relativa a la partición», entre 2 Estados.

La resolución adoptada restaura hoy el derecho a la libre determinación del pueblo palestino en
tanto «principio internacional y como derecho de todos los pueblos del mundo, poniendo de
relieve que esta norma imperativa de derecho internacional es un requisito fundamental para
alcanzar una paz justa, duradera y general en Oriente Medio». Subraya la «aplicabilidad del
principio de soberanía permanente sobre los recursos naturales … constitutivo del derecho a la
libre determinación».

Por cierto recuerda «la difícil situación de millones de refugiados y desplazados palestinos que
han sido desarraigados de sus hogares», y deplora «profundamente el hecho de que más de la
mitad del pueblo palestino siga viviendo exiliado en campamentos de refugiados en toda la
región y en la diáspora». Estima «inadmisible» la adquisición de territorios, consecuencia de la
amenaza, o el uso de la fuerza, «en particular», cuando los pueblos están «sometidos a
ocupación extranjera».

Define a Israel como «la Potencia ocupante», menoscabando «gravemente el derecho del pueblo
palestino a la libre determinación, que es un derecho «erga omnes», mediante la construcción de
un muro en el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalem oriental, la cual, junto con las
actividades israelíes relacionadas con los asentamientos y las medidas adoptadas anteriormente,
da lugar a graves infracciones del derecho internacional humanitario y a graves violaciones del
derecho internacional de los derechos humanos, como el traslado forzoso de palestinos y la
adquisición por Israel de tierra palestina».

El derecho a la libre determinación del pueblo palestino sigue siendo para la ONU, «inalienable,
permanente e incondicional, incluidos su derecho a vivir en libertad, justicia y dignidad y su
derecho a un Estado de Palestina independiente». Debe lograr «una solución pacífica justa,
completa y duradera del conflicto israelo-palestino de conformidad con el derecho internacional y
otros parámetros convenidos internacionalmente, incluidas las resoluciones pertinentes de la
ONU.

A su vez, el texto de la ONU, considera que «Israel también vulnera el derecho a la libre
determinación del pueblo palestino al mantener y continuar expandiendo los asentamientos en el
Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental». Exhorta a Israel a poner «fin de
inmediato a» esa ocupación, y «a que revoque y subsane todo impedimento a la independencia
política, la soberanía y la integridad territorial de Palestina». La ONU «reafirma su apoyo a la
solución de 2 Estados, Palestina e Israel, que vivan en paz y seguridad, uno al lado del otro».

Al tiempo, la ONU insiste que «la fragmentación, y los cambios en la composición demográfica
del Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalén Oriental, que son el resultado de la
construcción y expansión continua de asentamientos, el trabajo forzoso de palestinos y la
construcción del muro por parte de Israel», constituye una «fragmentación que socava la
posibilidad de que el pueblo palestino pueda hacer efectivo su derecho a la libre determinación,
incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, y pone de
relieve a este respecto la necesidad de que se respeten y preserven la unidad, la continuidad y la
integridad territoriales de todo el Territorio Palestino Ocupado, incluida Jerusalem Oriental».

En tales contextos históricos, la ONU hace un llamado «a todos los Estados a que cumplan sus
obligaciones de no reconocimiento, no ayuda y no asistencia con respecto a las violaciones
graves de las normas imperativas de derecho internacional cometidas por Israel, en particular la
prohibición de adquirir territorio por la fuerza, a fin de asegurar el ejercicio del derecho a la libre
determinación, y los exhorta también a que sigan cooperando para lograr, por medios lícitos, que
terminen esas graves violaciones y se revoquen las políticas y practicas ilegales en Israel».
Desde Ginebra, Juan Gasparini.

(1) La resolución fue aprobada por 42 votos a favor, 2 negativos (Paraguay y Estados Unidos) y 3
abstenciones (Albania, Argentina y Camerún).

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