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Internacionales

Noticias en torno a la «guerra colonial» de Vladimir Putin

Los 18 meses de la invasión de Rusia a Ucrania exacerbaron una «policrisis mundial», en paralelo
al multialineamiento de Turquia y Arabia Saudita, países que vienen construyendo diplomacias de
apaciguamiento en las hostilidades, no interfiriendo en el aprovisionamiento al continente africano
de cereales producidos por Kiev y Moscú. Por lo regular, continua el monitoreo de la ONU sobre
las víctimas del conflicto en Ucrania: 16.646 heridos y 9.369 muertos; 26.015 víctimas en total.

Retirándose del acuerdo firmado el 22 de julio pasado a instancias de la ONU y Turquía, para
acarrear cereales rusos y ucranianos al Medio Oriente y Africa, Vladimir Putin replicaría así a las
sanciones occidentales por su agresión a Ucrania. Retornaría al acuerdo si se le restituyera el
servicio Swift para pagos transfronterizos, junto al levantamiento de las restricciones de los
seguros marítimos. Turquía integra la OTAN, y no aplica sanciones de la Unión Europea contra
Rusia. En cambio intermedia en conseguirle productos occidentales que hoy le están vedados.

Quizá la iniciativa del Kremlin sea una instrumentalización del pacto cerealista en respuesta a las
barreras impuestas a las exportaciones de su petroleo. Sin embargo, para Antonio Guterres,
Secretario General de la ONU, «centenas de millones de personas van a pagar el precio de esta
decisión injustificable ». Operación de seducción o paliativos al daño infligido, Rusia viene de
prometer para dentro de 4 meses 50.000 toneladas de cereales gratuitos a 6 países africanos en
dificultades: Zimbabwe, Somalia, Eritrea, Mali, Burkina Faso y República Centroafricana.

Esta medida se anunció en San Petersburgo el 28 de julio pasado, al finalizar la segunda edición de «cumbre» Rusia-Africa, a la que acudieron 17 jefes de Estado, sobre los 54 que cuenta el continente, mientras que la vez anterior en Sochi (2019), concurrieron 49 máximos responsables. Ahora no hubo anuncios que salieran del triángulo armas-explotación minera-granos, sin olvidar que Rusia puede aportar trigo en cantidad, pero no tanto maíz, urgido por Africa, siendo Kiev el quinto exportador mundial, y Moscú en el lugar 13. En ese contexto, Rusia viene de bombardear silos de granos en Ucrania, destruyendo 40.000 toleradas destinadas a China e Israel. La novedad de Ucrania es el creciente disparo de misiles a la geografía rusa.

Por otra parte, dos relatoras especiales del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, la griega
Alexandra Xanthaki, experta independiente en derechos culturales, y Ashwini K. P., de India,
sobre formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia e intolerancia,
convencieron al Comité Olímpico Internacional (COI), que las prohibiciones de participación de
Rusia y Bielorrusia en los Juegos Olímpicos de Paris del 2024, no podían menoscabar los
derechos individuales de los competidores de esos 2 países.

El COI propone entonces que los atletas rusos y bielorrusos podrían participar «bajo bandera
neutra», sin emblemas ni himnos, o «a titulo individual», excluyéndolos de competiciones por
equipos. El COI no tolerará inscripciones de deportistas que hayan «sostenido activamente la
guerra en Ucrania», ni que estén «bajo contrato del Ejército o des agencias de seguridad». La
decisión se oficializará luego que la federaciones internacionales hayan aplicado estas normas en
las pruebas calificativas para concurrir a París. Falta saber si los Presidentes de esos 2 países
excluidos autorizarán a que «sus» atletas intervengan sin identificaciones nacionales

«Verdugo» de los rebeldes hutíes en Yemen, favorables a establecer un gobierno chiita pro-irani,
el «príncipe heredero» y primer ministro saudita, Mohamed bin Salmán, sunita, desencadenó
bombardeos desde el 2015, causando 4,5 millones de muertos hutíes, para impedir un eventual
cambio de régimen. La Relatora Especial de la ONU para ejecuciones extrajudiciales, Agnes
Calamard, le imputó a esbirros del jefe de Estado saudita una «evidencia creíble» en el asesinato
del periodista saudí del Washington Post, Gamal Jashogy en Estambul, el 2 de octubre de 2018.
En 2022 Arabia Saudita condenó en la ONU la intervención rusa en Ucrania y la anexión de
territorios, y supo propiciar un intercambio de 10 prisioneros entre Moscú y Kiev.

Por sus importantes relaciones con Vladimir Putin, en virtud de concertar estrategias petroleras
por estar ambos al frente de grandes países exportadores de «oro negro», Mohamed bin Salmán
es de momento la única esperanza de concertar una salida pacífica negociada a la «guerra
colonial» rusa en Ucrania. Invitó al Presidente Volodymyr Zelensky a una reunión de la Liga Arabe,
y en la búsqueda de soluciones fue el referente de un primer conclave en Copenhague en junio
pasado, con participación de Ucrania, Japón, Gran Bretaña, y Brasil. Este 5 de agosto se inicia un
segundo encuentro en Jeddah, de unos 40 países, cuya lista no es aún publica. Allí Ucrania
sometería un plan para recuperar sus territorios ocupados por Rusia. Moscú estará ausente.

Desde Ginebra, Juan Gasparini

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