Periódico independiente de la provincia de Mendoza

Opinión

EL PAÍS QUE QUEREMOS

Transitamos horas y días como testigos y rehenes de decisiones que descreemos, dentro del marco de una pandemia que ya no soportamos más.

Miramos como los acontecimientos mundiales marcan un destino incierto, en medio de una devaluación de nuestra moneda, no por decisiones de política de estado, sino por la furibunda emisión monetaria para frenar el déficit fiscal y la necesidad de encarar políticas de salud.

El panorma no es el mejor y los gobernantes, esos que votamos y elegimos para que administren el Estado, no acusan recibo y siguen en su mundo de beneficios y privilegios.

Indudablemente estamos frente a un Estado Nacional, popular y ausente, donde el gigantesco Estado que los argentinos mantenemos mediante el asfisciante sistema impositivo, nacional, provincial y municipal, no da tregua.

El gobierno nacional parece solo moverse para garantizar impunidad a algunos sectores del mismo aparato político y decretar el horroroso «idioma inclusivo» que pretende cambiar al mundo por la imposición de una «E». De ahí en adelante el país se moverá entre hacerle caso a Cristina Fernández con su carta donde acusa al Poder Ejecutivo de innacción, con funcionarios que «no sirven» y asiendo foco en una grieta del peronismo que no tiene futuro aunque le logre un concenso de difícil resolución.

Mientras en el sur del país, guerrileros mapuches se hacen dueños de miles de hectáreas en el límite entre argentina y chile, en Entre Ríos la toma de tierra por una herencia hace peligrar el sistema democratico, lo mismo ocurre en provincia de Buenos Aires, entre otros saqueos.

Diariamente miles de argentinos piden frente al Ministerio de Seguridad que frene la inseguridad que sufren miles, pero el antropólogo jefe de la seguridad nacional cubre las tomas de tierras en forma impune. Los atropellos sobre la propiedad privada pasan a ser constituyamente para un gobierno basado en políticas de izquierda sesentista y con raices en políticas dictatoriales que suman de pobreza y desigualdad a millones de latinos.

Todo este tipo de mensajes subyacen en una sociedad encerrada por la pandemia. Pero cuando el estado está ausente y no cumple con lo que manda la Constitución Nacional, los ciudadanos pueden actuar por su cuenta, creando un caos social de magnitud.

Es el Estado el debe someterse a lo dictado por las Instituciones Republicanas, en forma constitucionalmente para administrar la hacienda, y brindar salud, trabajo, vivienda y educación con sentido moderno y visión de futuro.

¿ Cómo hacer para discutir esas cuestiones consideradas fundamentales por la humanidad hace siglos?
Podemos comenzar a exigir un cambio manifiestamente como ciudadanos por nuestro sistema democrático, seguir eligiendo cada vez mejor en el cuarto oscuro, pero fundamentalmente insistir con la educación para que todos los argentinos no creamos las cosas como hoy son, sino que hay salidas para alcanzar con consensos para acordar (del latín accordare; unir corazones) y diálogo el país que merecemos y queremos.

Héctor Ariño
Periodistaobservador@yahoo.com.ar.

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