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Sion Sono: «Siento que en Japón no consideran a las películas como un hecho artístico»

24/11/2020 FESTIVAL DE MAR DEL PLATA

El prolífico realizador japonés, que está participando de la Competencia Internacional de Mar del Plata, critica la visión «puramente comercial» de la industria de cine de su país, que dio al mundo artistas geniales como Yasujiro Ozu y Akira Kurosawa.

El prolífico director japonés Sion Sono presenta en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata su última película, «Red Post on Escher Street», en la que retrata las penurias y malos tragos que deben pasar los actores y directores de cine ante la presión de los ejecutivos por crear productos comerciales y satisfacer negocios y amoríos.

«En Japón, es realmente difícil hacer películas artísticas y la verdad, nadie está dispuesto a hacerlo. Siento que en Japón no consideran a las películas como un hecho artístico, por lo que no hay ninguna excepción ni otra opción que no sea hacer películas comerciales», dijo el director nipón en una entrevista con Télam desde su país.

«Red post…» es una película que mezcla drama y comedia por partes iguales y que, según explicó Sono, representa momentos, situaciones y frustraciones de la propia carrera de este realizador que cuenta con 17 largometrajes de ficción, además de una veintena de capítulos de series televisivas y un puñado de cortometrajes.

«Se me ocurrió una idea para traer todas esas experiencias a esta película. Así que esta película se basa principalmente en mis experiencias personales», dijo, a lo cual agregó: «Hay muchas ocasiones en las que hay conflictos con los productores. La verdad es que a veces logré imponer mi punto de vista y en otras me dejé llevar por la presión de los productores. En tales situaciones, tengo sentimientos complejos».

En el filme, el ficticio director Kobashayi intenta retomar la senda del cine independiente que lo catapultó a las alfombras rojas, mientras vive un trauma fantástico y amoroso que se develará al final de historia.

«El papel del director es un reflejo de mí mismo de joven, aunque todavía estoy luchando con situaciones similares. Fueron situaciones muy duras y difíciles para mí, pero también fue divertido convertir esas experiencias en una película, ya que contiene algunos elementos de comedia», indicó Sono.

Como parte de este proceso, Kobashayi y su equipo arman una audición para actrices vocacionales, que reúne al más amplio delirio de personajes (en su mayoría femeninos) que pugnarán por los tres roles protagónicos.

El realizador de «El club suicida» elige prescindir de un protagonista ante la cámara para componer una película coral que muestre todas las etapas de un filme: desde la imaginación en la preproducción, hasta el desquicio que puede ser un rodaje, pasando por los bloqueos artísticos y las imposiciones de la productora.

En medio de ello, la ilusión de las aspirantes -cada una con una particular y delicada vida sobre sus espaladas- a los papeles protagónicos y el profesionalismo de los extras juegan un rol central en una trama delicada y delirante a la vez.

T: Por un lado, el cine es un arte, pero por otro lado es una industria con su mercado. ¿Cómo se trabaja pensando en esos mundos?
SS: En el animé japonés, como el que hace Hayao Miyazaki, todas las películas que hace se convierten tanto en una obra de arte como en algo más comercial, lo cual genera un entorno muy favorable para trabajar. En Japón, el animé puede hacer ambas cosas, pero las películas de acción reales no siempre pueden lograrlo. Ningún director quiere correr el riesgo de salir de la industria después de meterse con una película más artística; por lo tanto, creo que los directores piensan cómo poder mezclar lo artístico con lo comercial en una película. O al menos intentan hacer una película para poder recuperar lo invertido en el presupuesto. En países socialistas o países comunistas, hay películas de arte producidas con respaldo del Estado.

T: ¿Y en su carrera, cómo logra mezclar ambas esferas?
SS: En lo personal, he estado trabajando tanto en la realización de películas artísticas como comerciales. Eso es porque realmente me siento estresado y no puedo vivir sin hacer películas artísticas. Por lo tanto, la periodicidad con la que hago películas más del tipo cine-arte es para poder tener mi mente en equilibrio.

La película de Sion Sono se puede ver hasta el jueves en forma gratuita y online ingresando a la página del festival.

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